En los últimos años, si algo se ha puesto de moda, es hacer deporte. Practicar pádel, yoga, body pump o spinning son actividades que forman parte de las rutinas de una gran multitud de seres humanos. Las aglomeraciones que a determinadas horas del día se viven en las salas de máquinas de los gimnasios demuestran la obsesión de muchos por estar en forma.
Hay ofertas muy tentadoras para no tener excusas a la hora de hacer deporte. Basic Fit, por ejemplo, tiene cuotas por debajo de los 20 euros al mes. Sin embargo, detrás de este tipo de promociones, también pueden existir contratos de permanencia que obligan al cliente a pagar durante un periodo de tiempo.
Cerrojazos en Cataluña
A la cadena nacional le están lloviendo las críticas en internet desde hace unas semanas. Y, más concretamente, en el caso de la localidad catalana de Santa Coloma de Gramenet, la irritación de los clientes de Basic Fit es más que evidente.
El centro que hay en el municipio barcelonés lleva un tiempo cerrado por una supuesta falta de licencia, según indican los usuarios en sus reclamaciones. Estas personas también denuncian que Basic Fit sigue cobrando las cuotas pese a no tener la sala operativa.
"Sin avisar" y "sin información"
"Llevan cerrado más de un mes y los socios no sabemos nada, nos tienen sin información sin saber cuándo abren, un desastre la verdad", destacó hace solo dos semanas un usuario en la cuenta de Instagram de Basic Fit. "En Santa Coloma lo han cerrado de un día para el otro y sin avisar, impresentables", manifestó otra internauta.
Pero parece que los clientes insatisfechos no están solo en la localidad catalana. También hay usuarios enfadados con Basic Fit en otras partes de España. "Cuando abráis el de Salamanca se habrán quedado las máquinas obsoletas... ¡Madre de Dios!", apuntaba un tuitero.
¿Cobro de cuotas sin dar servicio?
En las redes de Basic Fit, un comentario pone de manifiesto la que se ha convertido en la crítica más repetida: "En Santa Coloma de Gramanet han cerrado el gym sin aviso previo y siguen cobrando las cuotas a los socios". Una opinión similar es la que expone otra socia sobre este mismo centro en internet: "El gimnasio lleva casi 2 meses cerrado y los socios no sabemos absolutamente nada porque no nos informan. Siguen pasando los recibos y yo los estoy devolviendo todos, además he dado orden al banco para que no cobren ni uno más".
"No te dejan dar de baja por permanencia pero, cuando no cumplen ellos con lo contratado, te dan la opción de irte al centro de Barcelona a entrenar, cuando me es imposible ir", expone otro cliente en Trustpilot. "Al ser socio, te quedas sin gimnasio, te dicen el más cercano y te siguen cobrando religiosamente, y, si no pagas, te amenazan con listas negras que impiden, entre otras cosas, solicitudes de préstamos. Esta es la verdadera calaña de esta gente. Cobrar sin dar servicio. Eso es robar, engañar... fraude. Ladrones", explica otro socio.
La letra pequeña
Cuando un nuevo fitness se quiere sumar a la comunidad de Basic Fit, el proceso es bastante sencillo. Lo primero es elegir cuál es el centro al que el nuevo socio se quiere apuntar. Luego, toca elegir el plan: basic o premium. La diferencia clave entre ambas posibilidades radica en la cantidad de centros a los que puedes acceder. Si el cliente se queda con la opción básica, solo podrá ir al centro elegido.
Si la persona opta por el plan premium, entonces sí tiene la posibilidad de ir a más de "1.250 clubs", tal y como detalla la web de Basic Fit. El otro punto fundamental en esta fase es la "duración". En esta misma fase del proceso, los socios pueden elegir entre un plan anual o flex. El anual obliga a los clientes a pagar las cuotas durante un año. El flex permite al socio darse de baja cuando lo decida pero tiene un coste adicional de 9,99 euros cada mes.
Las insufribles permanencias
El abogado experto en derecho civil Marc Orts declara a Consumidor Global que "sí es defendible" romper una permanencia ante este tipo de casos. Se puede argumentar que ha habido una "alteración en el contrato. Te están obligando a desplazarte a otro centro al que no puedes ir".
Pero, "teniendo en cuenta que la permanencia suele exigirse como contrapartida a una oferta comercial, podrían reclamarte el importe de la diferencia entre la oferta y la cuota ordinaria. Incluso podrían imponer una penalización", puntualiza Álvaro Carlos Melero Solivelles, también abogado experto en derecho civil del bufete Melero García Abogados.
Formas de reclamar el dinero
En los casos en los que las personas han pagado un año por adelantado, si el centro ha cerrado, tienen derecho a que Basic Fit les devuelva el dinero "al menos de las cuotas no disfrutadas", tal y como explica Marc Orts. "Habrá que acreditar el pago y, ante la falta de la prestación del servicio, se podrá reclamar la devolución del importe abonado", detalla Solivelles.
El abogado Solivelles explica a este medio cuáles son las vías por las que podrían reclamar en un caso como este. En primer lugar "sería conveniente reclamar al servicio de atención al cliente". En caso de no obtener solución, podría acudirse "a la agencia de consumo de la localidad, comunidad o provincia". La última opción sería "acudir a los tribunales".
"Un error del sistema"
Preguntada por esta cuestión, Basic Fit le ha explicado a Consumidor Global que el cierre del centro de Santa Coloma de Gramenet es temporal. Asegura que así mismo se lo hicieron saber a los socios "de antemano". "También se informó del retraso en la reapertura y seguiremos en contacto para dar a conocer próximos pasos", promete la empresa. Sobre el cobro de las cuotas de este gimnasio, la cadena afirma a este medio que se trata de un "error en el sistema".
"Ya nos hemos puesto en contacto con los socios para pedirles disculpas e informarles de que dichas cuotas han sido congeladas y se ajustarán tras la reapertura", añade la empresa. Basic Fit explica que los socios pueden solicitar la "congelación de su plan" si no pueden ir a entrenar al resto de clubes. Unas explicaciones que chocan directamente con las acusaciones que vierten los propios socios de Basic Fit sobre la empresa. Clientes que, en definitiva, más allá de estar insatisfechos, se han mostrado profundamente irritados con la empresa.