Apple es una de las estrellas más brillantes en la galaxia de la tecnología. Los consumidores sienten fervor por sus iPhone, así como por la cultura de la marca. Pero, a veces, la exclusividad de la compañía juega malas pasadas. Ahora, un juzgado brasileño ha condenado a Apple a pagar casi 1.000 euros a un consumidor por no incluir un adaptador de corriente en el nuevo iPhone que había adquirido.
Toda la polémica se enmarca en un conflicto de mayor escala: en 2020, Apple determinó que a partir de ese momento no incluiría los adaptadores de carga, y el Gobierno de Brasil decidió llevar la marca a los tribunales. En 2021, multó a la compañía de Cupertino con 2 millones de dólares.
Apple trató de justificarse con la excusa del medio ambiente
Por eso, el consumidor ha salido beneficiado. La decisión del juez se basó en señalar que, en este caso, lo que la marca pretendía era que el comprador gastase más en algo que debía estar incluido, lo que se podía considerar una práctica “abusiva”.
En cambio, Apple defendió que se había visto afectada por la crisis de componentes y trató de justificar la no inclusión del adaptador por motivos medioambientales. Además, apuntó que incluía un adaptador para su puerto, 'Lightning'; pero el juez argumentó que, sin el puerto USB tipo C, el cable no funcionaba con los adaptadores