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El Apple de los cargadores para coches eléctricos llega a España: ¿merece la pena?
La empresa Charge Amps aterriza en nuestro país para ofrecer los puntos de recarga domésticos más pijos del mercado
Treinta y seis millones es el número de vehículos matriculados que hay en España, y solo alrededor del 2% del total de la flota son híbridos o eléctricos. En lo referente a cuota de mercado, únicamente representan el 7% de los nuevos registros. Para ellos, se dispone de 15.000 puntos de carga de acceso público --el 85% de carga en alterna y el 15% de carga continua o rápida--, pero los expertos del sector coinciden en que la barrera más grande a la hora de pasarse al eléctrico todavía es el miedo a quedarse tirado por no encontrar cargador.
Sí, “España está a la cola de Europa”, pero también es verdad que en el futuro inmediato se va a producir un “despegue” del coche eléctrico gracias al Plan Moves III del Gobierno, que ofrece ayudas de hasta 7.000 euros para la compra de un eléctrico y de hasta el 80% de la instalación del punto de carga, y porque “cada vez hay más modelos a precios accesibles”, expone a Consumidor Global Henrik Bergman, director en España y Portugal de Charge Amps, la empresa sueca, también conocida como el Apple de los cargadores para coches eléctricos, que acaba de aterrizar en la península para aprovechar la “expansión” del sector.
Un punto de carga inteligente
Charge Amps quiere ser parte del cambio en el modelo de transporte, facilitar la transición hacia el eléctrico y arañar una cuota del mercado para particulares ofreciendo “una solución de carga simple, segura y adaptada a las necesidades del cliente”, destaca Bergman. Además, la marca presume de combinar diseño, funcionalidad e integración sostenible entre hardware y software. “Mezclamos elegancia con robustez y resistencia climática en un cargador que está siempre conectado a la nube, lo que permite lograr una eficiencia energética que se traduce en un ahorro eléctrico significativo", añade el comercial sobre su gama de productos pensada tanto para hogares como para oficinas.
En nuestro país “ya hay un ecosistema potente de actores ligados a las infraestructuras de recarga, pero la llegada de una nueva empresa amplía la oferta y eso siempre es positivo”, resume Arturo Pérez de Lucía, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive).
Entre 100 y 1.000 euros
En lo referente al precio de los puntos de carga, los especialistas aseguran que es difícil establecer una media porque el coste depende de lo sofisticado (conectividad y diseño) que sea el cargador y de la distancia a la que esté del cuadro de contadores. “Hay desde kits de carga muy básicos por menos de 100 euros, hasta puntos de carga que superan los 1.000 euros”, explica Pérez de Lucía.
“Hay industria, pero también hay mucha uniformidad, y nosotros traemos algo diferencial para clientes que piden un poco más y no se contentan con un simple enchufe”, apunta Bergman sobre los productos de Charge Amps que ya se pueden encontrar en España por un precio superior a la media.
El iPhone de los cargadores para coches
Desde 2018, la empresa sueca ha crecido a un ritmo del 142% cada año. En parte, gracias a su modelo de punto de carga para uso doméstico más vendido: el Halo, del que se han instalado más de 15.000 unidades en 15 países. Se trata de un cargador inteligente con una vida útil de 15 años y un precio de fábrica inferior a 900 euros, según fuentes de la empresa.
Sin embargo, las empresas que comercializan los productos Charge Amps en España, como Myrecarga, lo venden por entre 930 y 1.240 euros sin la instalación incluida --la instalación de puntos de carga oscila entre los 400 y los 2.000 euros--. Aunque cabe recordar que con el Plan Moves III tanto el cargador como la instalación reciben subvenciones. Además, “es una inversión de futuro que se amortiza gracias a unos costes de repostaje y mantenimiento muy inferiores al de los coches tradicionales”, sentencia Bergman. De hecho, en la actualidad el coste de la recarga de vehículos eléctricos ha aumentado alrededor de un 30% debido a la subida del precio de la luz, pero “cargar el depósito de un coche eléctrico sigue siendo mucho más barato que llenar el de un coche de gasolina o diesel”, apunta Marcos Moure, fundador de Grupo Moure, una compañía cuyo principal negocio son las gasolineras low cost, que también cuentan con puntos de recarga eléctricos.
Sin permiso y sin miedos
Por otro lado, y con el fin de facilitar la instalación de puntos de recarga en viviendas plurifamiliares, el Gobierno aprobó modificaciones en la Ley de Propiedad Horizontal (LPH). Con este cambio, se estableció que la instalación de un punto de recarga para vehículos eléctricos para uso privado en el aparcamiento de un edificio se puede llevar a cabo sin que sea necesario pedir permiso alguno, solo se requiere la comunicación previa a la comunidad de vecinos, siempre que el cargador se ubique en una plaza individual del garaje.
Con estas facilidades domésticas y con el objetivo de que en 2022 el número de puntos de recarga de acceso público ascienda hasta los 23.000, la creencia popular de que no hay puntos suficientes y uno se puede quedar tirado en mitad de España “es una percepción errónea de la realidad”, asegura Pérez de Lucía, quien opina que es necesario desplegar más infraestructuras de carga, pero que con el volumen de vehículos eléctricos que hay en la actualidad se puede recorrer toda la geografía española sin problemas. “Todavía no conozco ningún caso de alguien que se haya quedado tirado por falta de batería”, sentencia.
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