Este año, a muchos consumidores les ha costado llenar la cesta de la compra. El precio de los alimentos no ha dejado de subir, y, de hecho, el IPC de España lleva más de 30 meses por encima del 2 %. La situación se torna más dramática si se comparan los precios con los de hace dos años. Así, uno de los resultados es que el aceite de oliva es ahora un 110 % más caro que hace 24 meses.
Así lo refleja un análisis de Datadicto. El encarecimiento más notable es el del oro líquido, que va camino de convertirse en un bien de lujo, pero hay muchos otros básicos que han subido a doble dígito en los últimos dos años. Por ejemplo, el precio del azúcar ha subido un 61 % (disparando así los costes de la bollería y los dulces), el de las salsas y condimentos un 47 % y el de la mantequilla un 45%.
Subidas de más del 30 %
Por debajo del 40 % se sitúan la leche entera (38 %), las harinas (37 %), las patatas (37 %), los huevos (36 %), el arroz (35 %), las legumbres y hortalizas frescas (34 %) y las patatas chips (30 %).
A continuación figuran los productos de confitería (29 %), los helados (29 %), la categoría de confituras, mermeladas y miel (29 %), los yogures (28 %), la carne de porcino (28 %), los alimentos para bebés (26 %), el queso (26%) y la carne de vacuno (20 %).
Incrementos inasumibles
Asimismo, tanto la carne de ave como el pan se han encarecido un 19 %, el pescado (tanto congelado como fresco) un 18 %, el chocolate un 17 %, la carne de ovino y de caprino un 16 % y los frutos secos un 7%. Se trata de cifras que, en conjunto, resultan inasumibles para muchas familias. Para intentar hacer frente a la escalada, el Gobierno rebajó el IVA de algunos productos, pero los ascensos no se frenaron.
En 2022, los precios cerraron el año con un incremento del 5,7 % interanual. En ese momento, los alimentos tensionaron la cesta de la compra con subidas del 15,7 %, cifras que no se veían desde 1994.