Hace unos meses, una alerta sanitaria por presencia de una toxina en mozzarella fresca disparó las alarmas. Esta notificación puso el foco en unos microorganismos, los estafilococos, y, en concreto en la bacteria Staphylococcus aureus, que produce una toxina capaz de causar intoxicaciones alimentarias. Esta intoxicación puede provocar náuseas y vómitos, y, aunque es desagradable, no suele ser grave.
A pesar del tiempo transcurrido, es un problema que preocupa a algunos consumidores, ya que lo relevante en este caso no es la bacteria que provoca la enfermedad, sino la toxina. De hecho, Staphylococcus aureus está presente en algunas partes del cuerpo humano. La marca afectada, tal y como especificó la Aesan en su momento, fue Bocconcini de Albe.
Síntomas y riesgos
Los síntomas más frecuentes son las náuseas, vómitos, diarrea o dolor de barriga, y, con menos frecuencia, fiebre. Tampoco es frecuente que requiera hospitalización, ya que el mayor riesgo está relacionado con la pérdida de líquidos. Por eso, a los afectados se les recomienda beber abundante agua. Por otra parte, es una intoxicación breve: unas 12 horas después, el afectado ya empieza a sentirse mejor.
La bacteria llega a los alimentos en el proceso de manipulación de los mismos: pueden estar en las manos de la persona que cocina, en alimentos frescos (como la leche, los quesos blandos o semiblandos, dulces y pasteles de crema, salsas y carnes preparadas) o en los cuchillos u otros objetos de la cocina. Otro problema de Staphylococcus aureus es que resiste bien el calor al ser cocinado el alimento.
Cuidado con los frutos secos
Asimismo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) alertó sobre la presencia de cuerpos metálicos extraños en envases de frutos secos de las marcas Alesto, Consumo, Carrefour, Dia, Eagle y Eroski.
Por desgracia, la presencia de cuerpos metálicos en alimentos no es del todo infrecuente, y puede suponer un riesgo para la salud de aquellos que los consumen. Los frutos secos fueron retirados del mercado.