Siempre se menciona el crudo invierno, pero en la retirada de Rusia de Napoleón Bonaparte en 1812 no fue menos influyente la carestía de provisiones, vitales en cualquier conflicto. Cuando hace un año estalló la guerra de Ucrania, muchas empresas occidentales se apresuraron a salir del país gobernado por Vladímir Putin. Algunas tardaron un poco más en hacerlo, como Zara, que cortaba así con una fuente de ingresos notable. Entre las que hicieron oídos sordos y se quedaron figura Auchan (multinacional francesa que opera bajo el nombre de Alcampo en España), un gigante de la distribución que ahora ha sido acusado por el periódico Le Monde de entregar voluntariamente mercancías al ejército ruso, contribuyendo así a su esfuerzo bélico.
En un vídeo publicado por este diario galo junto con el colectivo internacional Bellingcat, formado por periodistas e investigadores, un soldado ruso agradece a cámara las donaciones que han recolectado para niños de una escuela en Samara. Entre las decenas de cajas que aparecen se pueden distinguir varias con el packaging de Auchan, como si hubieran sido empaquetadas y distribuidas por la propia cadena. El vídeo fue grabado en diciembre de 2022 en las cercanías de Donetsk, pero no es la única prueba que lanza Le Monde en su particular J'accuse.
Donaciones para la población civil y el ejército
Según Le Monde, la propia compañía habría organizado la recogida de productos Auchan (por valor de decenas de miles de euros) en San Petersburgo tan solo un mes después del inicio de la guerra. Pero no sólo se trataría de artículos para la población civil, sino que, siempre según el citado medio francés, Auchan habría enviado galletas, latas de conservas y botas a las tropas rusas. Le Monde basa sus informaciones en mails internos de Auchan a los que ha podido acceder, así como en fotos y vídeos de colectas de diferentes ciudades rusas que ha ido verificando.
La gran pregunta es casi logística: qué hizo, qué no hizo o qué dejó hacer Auchan. Incluso, según publica ese diario, hablaron con un transportista que condujo hasta San Petersburgo en un camión cargado de víveres que afirmó que el vehículo era propiedad de Auchan. A las preguntas de Le Monde, Auchan dijo que esas colectas se habían realizado fuera de sus tiendas, sin su consentimiento ni cooperación, algo que contradice los correos filtrados. En ellos, importantes directivos de Auchan en Rusia instan a sus subordinados a colaborar en el envío de “ayuda humanitaria”.
Cigarrillos y hachas
Además, según los correos internos filtrados, Auchan habría donado cientos de calcetines al frente. En ningún caso irían destinados a niños porque todos los solicitados, según consta en los documentos publicados, son de la talla 40 o superior. También chirría que se considere “ayuda humanitaria” el envío de cientos de cajetillas de tabaco, pequeñas hachas o latas de gas, material propio de las acampadas.
“Creo que, si han mandado ayuda, lo habrán hecho a través de figuras interpuestas”, cuenta a Consumidor Global Eduardo Irastorza, profesor de entorno económico en OBS Business School. “No creo que los propios dueños de la compañía sepan muy bien qué ha pasado, pero no me sorprendería que sí haya pasado ni me parecería tan grave. Si es ayuda humanitaria, hablamos de material que trasciende las fronteras y las ideologías”, argumenta este profesor.
Sin costes reputacionales para Alcampo
Irastorza cree que estas informaciones no supondrán un golpe importante para Alcampo en términos reputacionales porque no se les ha dado demasiado bombo. “Vamos a ver cuánto lo remueven. Es admirable que, en Francia, los grandes marrones históricos se olvidan a los pocos días”, expone. Sí resulta sorprendente que, en España, ningún medio grande se haya hecho eco de estas informaciones de Le Monde.
Con todo, el experto de OBS juzga que las donaciones demuestran cómo Alcampo juega su partida. “Auchan libra su guerra para proteger sus intereses: llegará un momento en el que se firme un alto el fuego, que no una paz. Esa situación permitiría salvar la cara a los dos, Ucrania y Rusia; y permitiría a muchos actores hacer negocios suculentos”, argumenta. “Zara salió de Rusia para evitarse problemas, ellos no”, compara. Y la distribución es un negocio enorme para los galos. “Francia es experta en cadenas de distribución, pensemos en Carrefour o Leclerc. Su guerra es con las grandes cadenas de alimentación chinas”, apunta Irastorza: cuando las tablas tácitas lleguen al escenario del conflicto, Francia quiere seguir vendiendo.
“Un arma de agresión rusa en toda regla”
La reacción ucraniana a las informaciones publicadas por Le Monde han sido furibundas. El 17 de febrero, Dymitro Kuleba, ministro de exteriores ucraniano, publicó en Twitter que el año pasado había instado al mundo a boicotear Auchan por no haberse retirado de Rusia. “Sin embargo, la realidad parece ser mucho peor: Auchan se ha convertido en un arma de agresión rusa en toda regla”, señaló.
“Me parece completamente desproporcionado”, opina Irastorza, que también se muestra cauto a la hora de juzgar a Ucrania: a pesar de todo el apoyo que recibe hoy, recuerda que “antes de la guerra era considerado uno de los países más corruptos de Europa”. En esa zona nebulosa de grises modianescos, Francia se mueve como pez en el agua. “Siempre ha habido una estrecha relación entre Francia y Rusia”, dice Irastorza --“Jacques Chirac incluso hablaba ruso”--, y la primera no ha perdido su “viejo estilo diplomático” en el que lo prioritario es velar por sus intereses de Estado.
La empresa, “extremadamente sorprendida”
Este medio ha preguntado a Alcampo por estas donaciones. Fuentes de la compañía niegan y desmienten categóricamente lo publicado por Le Monde y remiten a un comunicado publicado el día 17 por la matriz. En este documento, Auchan decía estar “extremadamente sorprendido por estas acusaciones, que no están corroboradas de ninguna manera”. Esto no es del todo cierto: Le Monde aporta fotografías y correos que apuntan en una dirección muy clara.
Además, Auchan se reafirma en su postura de mantener las tiendas abiertas en Rusia para “permitir a la población rusa (como en Ucrania para la población ucraniana) tener acceso a alimentos”. Por último, recalcaban que Auchan Retail “no realiza, apoya ni financia colectas ‘benéficas’ para las fuerzas armadas rusas”, algo que los correos publicados por Le Monde desmentirían.
El negocio de la paz tras la guerra
Irastorza repasa con erudición episodios históricos y militares de la historia de Francia para dibujar a una nación habilidosa, “experta en no ganar muchas guerras, pero en ganar todas las paces”. Hay otra variable que lubrica la relación entre galos y rusos: el lujo. “Pensemos en Yves Saint Laurent, en Hermès, en Louis Vuitton… Si hay algo que fascina a los oligarcas rusos es el lujo”, dice Irastorza.
Además, muchas grandes corporaciones francesas son empresas familiares que han tejido relaciones de amistad con muchos multimillonarios. Y, aunque unas conservas de marca blanca de Alcampo puedan parecer poca cosa al lado de un vestido de Givenchy, lo relevante es que estén disponibles y accesibles. “Francia sabe que el liderazgo en Europa pasa por hacer negocios con un socio imprescindible. Y ese es Rusia”, concluye Irastorza.