0 opiniones
El agua en lata de Solán de Cabras y Nea: "Sabe rara y no es 100% sostenible"
Algunas empresas promueven el envase enlatado como alternativa al plástico, pero los ecologistas tampoco aprueban esta opción
Álvaro E. fue la semana pasada de viaje a Madrid. Tras hacer el check in en el hotel, subió a la habitación para descansar. Una vez dentro, decide abrir la pequeña nevera situada en la esquina de al lado de su cama. Ve cinco latas, ¿de agua? Efectivamente, al mirar la marca Solán de Cabras, reconoce que es agua. Con curiosidad abre una de ellas para darle un pequeño sorbo. “Sabe rara. No me convenció para nada”, confiesa a Consumidor Global.
Aún no es muy común encontrar agua enlatada en España, sin embargo, tanto Solán de Cabras como Agua Nea están avanzando en su estrategia por la sostenibilidad con el lanzamiento de un nuevo formato en lata para sus variedades de agua con y sin gas, que espera convertir en unos de los envases “más reciclados” del mercado. Se presenta como alternativa al plástico, ya que el aluminio es bastante más reciclable. Pero, ¿es realmente sostenible?
No es sostenible
“Digan lo que digan las marcas, lógicamente no es sostenible este envase. Además, la cantidad de agua es mucho más pequeña en comparación con otras opciones, por lo que la producción es mayor y, por lo tanto, la creación de residuos crece”, señala a este medio Julio Barea, responsable de la campaña de residuos de Greenpeace.
No obstante, Barea reconoce que a diferencia de un brik de cartón, la lata es más recuperable y más reciclable. “Sin embargo, hay que tener en cuenta el impacto medioambiental que provoca el aluminio del que está hecho la lata. Para mí, la mejor opción son los envases de vidrio o beber directamente agua del grifo, ya que en España tenemos la suerte de que es potable”, destaca.
“Hacen pensar que es la mejor opción”
Tal y como apunta el ecologista, España no tiene diseñado un envase que se pueda reutilizar. “Los que tenemos son de usar y tirar. Marcas como Solán de cabras o Agua Nea intentan hacer la trampa para hacer pensar al cliente que sus envases son los más sostenibles”, explica a Consumidor Global. “Ya lo intentaron con los brik de cartón, pero se dieron cuenta que no era tan reciclables como pensaban. Ahora lo intentan hacer con las latas, que provocan también un impacto ambiental notable”, añade.
El usuario Julio Setién señala que los anuncios sobre la lata de agua son “engañosos, disparatados, antiecológicos y destructivos”. En concreto, sobre el anuncio de Solán de Cabras sobre el nuevo lanzamiento de su envase, el cliente se cuestiona todo. “¿En serio se puede reutilizar infinitas veces? Y, ¿de verdad que es sostenible una puñetera lata de agua?”, se plantea.
“El gusto del agua no se ve alterado”
Por su parte, desde Solán de Cabras aseguran a este medio que “el gusto del agua no se ve alterado” y señalan que sí que es sostenible su alternativa en lata. “Es reciclable infinitamente sin perder calidad. Fácil de recoger y separar del resto de residuos al ser monomaterial. El tiempo de degradabilidad en el entorno es reducido”, destaca la marca.
Además, basándose en el estudio de Metal Packaging Europa y los datos de Ecoembes de 2018, la empresa apunta que en diez años se ha reducido su huella de carbono un 31 % y se trata del envase más reciclado (el 86 % de los envases de bebidas se reciclan). “Es práctico. Es material resistente y ligero, fácil de llevar y se enfría rápido”, subrayan desde Solán de Cabras.
Agua Nea también defiende el aluminio
Cada minuto se abren más de un millón de botellas de plástico en el mundo. Muchas de ellas acaban flotando en los océanos, o convirtiéndose en microplásticos. “Por ello, Agua Nea elige el aluminio, un metal infinitamente reciclable, para que cada una de nuestras latas, se pueda convertir en otra lata, infinitas veces”, explica su fundador y CEO, Alex Dakov.
Desde la startup han conseguido sembrar 1.555 corales y evitar 25,4 toneladas de plástico a día de hoy. Por otro lado, Dakov señala que el sabor no se altera pues el aluminio no toca el agua. “Quizás el sabor se puede deber a que la boca entra en contacto con el envase y si se da el caso de que está sucia, que puede ocurrir con cualquier lata ya sea de cerveza o de refresco, puede saber diferente. Pero tiene un recubrimiento para que el aluminio no entre en contacto con el agua”, apunta.
Es una buena alternativa
“Está demostrado que si sirves el agua de la lata en un vaso y haces lo mismo con otra envasada en botella de plástico no se nota la diferencia”, defiende el fundador de Agua Nea. Es una buena alternativa porque tiene una elevada tasa de reciclaje. Es muy rentable el aluminio, y, además, tiene bastante valor. La opción del brik no funciona porque no es nada reciclable”, destaca Dakov.
Y es que la opción del tetrabrik ha dado un paso para atrás actualmente, pero sí hubo un momento en el que un tetrabrik fue realmente 100% reciclable en España. En 2011, la empresa Stora Enso había conseguido, por primera vez, separar el polietileno del aluminio. Pero el hito tecnológico no resultó rentable y la planta terminó cerrando. “Primero se empezó con el vidrio, más tarde de plástico, luego se intentó con el brik. Pero hoy, esto se ha quedado obsoleto. Cuando quieres innovar, tienes que cambiar las reglas del juego”, concluyen desde Agua Nea.
Desbloquear para comentar