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Adiós a los envíos a domicilio: los españoles prefieren ya los puntos de recogida y 'lockers'
Las innumerables quejas a las empresas de transporte incentivan la aparición y crecimiento de alternativas que ya están tomando la delantera
Las incidencias con los pedidos online están a la orden del día. Las empresas de transporte parecen haberse convertido en expertas desquiciando a los clientes: paquetes que no llegan y otros que se pierden, por no hablar de los que se organizan tirados en la calle o los que el repartidor deja en la casa del vecino sin el consentimiento del usuario.
Actualmente están cogiendo fuerza otras alternativas de entrega. Es el caso de los punto packs y lockers. Ambas opciones están presentes en las grandes ciudades de España pero aún existe cierto desconocimiento sobre ellas. ¿Son seguros? ¿Realmente son más baratos o tienen una menor huella ambiental? Estos y otros temas son los que plantea Consumidor Global en la entrevista con InPost, compañía especializada en los envíos a no domicilio.
Puntos de recogida y 'lockers': ¿qué son?
La mayoría de la población tiene claro qué es un punto de recogida, también conocido como punto pack. Estos negocios locales se ofrecen como intermediarios para la recepción y envío de paquetes. Lo explica a este medio Carlota Bauer, directora de Marketing para Iberia en InPost.
Ahora bien, ¿de qué va eso de los lockers? Bauer detalla que son "taquillas inteligentes ubicadas en áreas de alto tránsito como estaciones de metro o supermercados, diseñadas para garantizar la seguridad de los paquetes a través de sistemas de cierre avanzados y monitoreo".
La seguridad recae en un PIN
Cuando el usuario sabe que su paquete se encuentra en Correos o en cualquier otro centro de paquetería, tiene la tranquilidad de saber que existe un establecimiento físico al que reclamar directamente ante cualquier incidencia. No ocurre lo mismo con los puntos packs.
Pero las taquillas inteligentes aún generan cierta desconfianza. Bauer deja claro que sus lockers son seguros. Funcionan con un código PIN que solo recibe el usuario en el momento de recoger el pedido.
Flexibilidad horaria
Si algo genera frustración al usuario es no estar en casa cuando el repartidor toca el timbre. Una de las ventajas que subraya Bauer sobre los puntos de recogida y lockers es la flexibilidad horaria.
"Ofrecemos una ventana de tiempo de hasta 8 días para que los usuarios recojan sus paquetes", detalla. "En caso de que un punto pack o locker esté lleno o averiado, se redirige el paquete a otro punto cercano, y el cliente es notificado", añade.
¿Es más barato para el cliente?
Está claro que un punto pack es más barato para la tienda. Sobre todo porque reduce el volumen de entregas fallidas. La clara desventaja para el cliente es que tiene que desplazarse. Un inconveniente que, para Bauer, queda compensado por la flexibilidad en la recogida. "Puedes comprar durante las vacaciones y recoger el pedido a la vuelta", destaca.
La directora de InPost asegura que los puntos de recogida o lockers suelen estar ubicados cerca de los domicilios o lugares de trabajo para facilitar la recogida. "Además, es una modalidad de entrega más económica a la hora de escogerla dentro de las tiendas online", subraya.
Los favoritos de los españoles
Según un reciente estudio de InPost, al que hace referencia Bauer, el 53% de residentes en municipios españoles con más de 50.000 habitantes prefieren puntos de recogida y taquillas inteligentes. Estos sistemas tienen mayor éxito entre la gente de 25 a 45 años. ¿El motivo? "Se alinean con un estilo de vida más dinámico y consciente del medio ambiente", subraya la directiva.
"Un estudio de South Pole estima que recibir las compras directamente en casa supone una media de 229 g CO2e por paquete, frente a los 83 g CO2e si se elige la opción de envío a no domicilio", añade. Además, subraya la ventaja de liberar el tráfico en las carreteras de las ciudades.
No sirve para todo tipo de productos
Son muchas las ventajas que ofrecen tanto los punto packs como los lockers pero también tienen mucho que mejorar. De momento, "existen restricciones en cuanto a tamaño, peso y tipo de mercancía, siguiendo las normativas de seguridad y operativas", afirma Bauer.
Pero esas limitaciones no se quedan solo ahí. Está claro que las taquillas inteligentes son el futuro. Pero aún no están preparadas para albergar cualquier producto y, además, todavía provocan cierto desconcierto. Unos puntos que son el futuro pero con mejoras por delante.
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