0 opiniones
Adif bloquea las consignas de las estaciones de tren y obliga a los viajeros a cargar con su maleta
Las taquillas permitían a los usuarios guardar su equipaje por un precio asequible, pero ahora se estudia privatizar el servicio, lo que aumentaría el coste
En la madrileña estación de Atocha, a unos metros del insigne jardín tropical, hay una escultura en bronce de Eduardo Úrculo que lleva por título El viajero. Es un homenaje a los transeúntes de antaño y está compuesta por una serie de maletas, un sombrero y un paraguas. Sin embargo, la silueta del viajero no aparece, está omitida. Así, el equipaje es el protagonista y el que crea la idea de viaje. A día de hoy también hay maletas desperdigadas en Atocha y en las principales estaciones de Renfe en España. Y las hay porque las consignas están cerradas. Las gestiona Adif.
La entidad pública que se encarga de su gestión las cerró en la pandemia para evitar contagios. Pero en plenas vacaciones de verano, cuando ni siquiera es obligatorio llevar la mascarilla en las estaciones, esa justificación parece obsoleta. Y se echan de menos. Gracias a las consignas, los viajeros que paraban unas horas en una ciudad podían dejar su equipaje, salir unas horas de la estación y disfrutar del exterior. Ahora, esta posibilidad se ha cerrado con llave. La alternativa pasa por buscar un locker privado en los alrededores, pero no es algo sencillo para todos ni tampoco barato.
El cierre de las consignas, una faena de horas de espera
En Consumidor Global hemos sondeado el ambiente en la estación de Atocha, que estos días estivales registra más tráfico. Aquí y allá hay viajeros de paso que matan el tiempo con sus smartphones, otros que optan por ir a la cafetería y algunos en cuyo rostro se vislumbra la expresión cansada de Tom Hanks en La Terminal, forzado a permanecer en un lugar de tránsito. En un no-lugar. Una pareja de navarros explica a este medio que el cierre de las consignas les parece “vergonzoso”. Ellos, Marga H. y Bernardo Aguirre, vienen de pasar sus vacaciones en Cádiz, paran unas horas en Atocha y después continúan hasta Pamplona.
“Carece de toda lógica, lo del Covid a estas alturas no es un argumento válido para que las consignas estén cerradas. Llevamos aquí desde por la mañana, y nos queda un buen rato. En total, vamos a comernos casi seis horas en la estación al no poder salir y guardar nuestras maletas”, describe Aguirre, más molesto que resignado. Preguntado por si se ha planteado dejar sus bultos en un locker privado, arquea la ceja. “¿Dónde?”, pregunta. Este desconocimiento evidencia que no todo el mundo sabe de la existencia de estas alternativas. .
Las taquillas en las estaciones de Renfe están “fuera de servicio”
Al fondo de la estación de Atocha, cerca de los accesos ubicados junto al monumento a los ferroviarios, está el espacio donde antes estuvieron las consignas. Hoy parece un almacén abandonado. Un lánguido cartel de “Fuera de servicio” funciona como única explicación. Nadie diría, al percibir el polvo y el vacío, que estamos en la principal estación de tren de España. Aún es posible vislumbrar los precios tras el cristal: 3,10 euros por dejar una maleta pequeña, 3,60 euros por una mediana, 5,20 por una grande y 10,20 euros por una maleta especial. En todos los casos, durante un lapso de 24 horas. El horario era de 5:30 horas hasta las 22:20 horas. Pero, ahora, todas estas facilidades son un recuerdo polvoriento.
Antonio Castillo es un profesor cordobés que trabaja en Madrid y también se ha visto afectado. “Uso bastante el AVE para pasar algunos findes en Córdoba. Para aprovecharlos, voy directo desde el trabajo a Atocha, por lo que debo ir a trabajar con aquello que necesite o pillar trenes en peores horarios para así tener tiempo para recoger mis cosas”, explica. Defiende que, si las consignas estuvieran abiertas, podría no ir tan cargado a trabajar y dejar la maleta el día anterior a coger el AVE. “Para mí también ha significado problemas con el transporte público, ya que algunos no te dejan subir si el maletín es muy voluminoso. De hecho, el año pasado llegué tarde a trabajar porque no me dejaron subir al autobús, tuve que volver a mi casa, soltar la maleta y no pude llevarla a Córdoba ese día”, expresa.
Adif abre la puerta a privatizar el servicio
Preguntados por este asunto, desde Adif no dan explicaciones categóricas ni fechas de reapertura, pero sí algunas pistas. En primer lugar, señalan que la compañía trabaja “en renovar el servicio de consignas en las estaciones de ferrocarril con el fin de modernizarlo y adaptarlo a las nuevas necesidades”. Así, dado que el futuro de las estaciones pasa por convertirse en “centros neurálgicos de la nueva movilidad sostenible y digital”, Adif evalúa modelos “implantados en las principales estaciones europeas y en el sector aeroportuario”.
Pero hay más. Desde la compañía hablan también del proyecto piloto “desarrollado en la estación de Barcelona Sants, donde se ha abierto la gestión de este servicio a una empresa especializada”. Es decir, una privatización. El caso de Sants es particular, como ha comprobado este medio. Las nuevas consignas se ubican en la planta -1 de la estación barcelonesa, por lo que hay que fijarse bien en la señalización para llegar hasta ellas. Una vez allí, el viajero se encuentra en un espacio operado por Consigna.es, una empresa de la británica Excess Baggage Company.
Un recorte de servicios
En Barcelona, tal y como se indica en un cartel, el servicio de consignas está disponible desde las 7:00 horas hasta las 22:00 horas, lo que supone un recorte en el horario. Además, es mucho más caro que antes: dejar la maleta durante dos horas (sea del tamaño que sea) cuesta 6 euros, mientras que si se exceden las dos horas se cobra 10 euros. En este sentido, no se puede decir que las cosas vayan sobre ruedas.
En Valencia, más de lo mismo. Annie Altamirano relata que encontró cerradas las consignas en la estación Joaquín Sorolla. “Lo que hicimos, para no tener que cargar con las maletas toda la mañana, ya que nuestro tren salía para Madrid después de comer, fue buscar en Google Maps un locker. Lo encontramos a unos 10 o 15 minutos a pie de la estación y allí dejamos el equipaje. No recuerdo cuánto costó, pero no fue barato por unas pocas horas”, relata. A juicio de Altamirano, el movimiento de Adif se puede considerar un recorte de servicios. “Realmente es injustificable que Renfe no tenga las consignas abiertas”, remarca. La paciencia de los viajeros va camino de bloquearse.
Desbloquear para comentar