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¿Se nota en el paladar un vino de 90 euros? Probamos este de Rías Baixas mecido entre mejillones
Se trata de un albariño con seis meses de crianza submarina que la bodega Attis ha promocionado en la Barcelona Wine Week
A 12 metros bajo el mar. En el extremo inferior de 500 cuerdas repletas de mejillones que cuelgan de una batea de eucalipto. Allí donde la ausencia de oxígeno es total. La suave corriente de la ría mece 500 botellas de vino. En horizontal. No es un vino cualquiera. Es un albariño de las Rías Baixas que sin duda ha despertado la curiosidad de los asistentes a la Barcelona Wine Week. Pero cuesta 90 euros, y, lo más importante, ¿se aprecia en el paladar tanta parafernalia? Lo probamos.
“Crían mejillones y vinos. Unen las dos actividades”, expone a Consumidor Global el enólogo de Attis Bodega & Viñedos, Jean-François Hebrard, quien explica que los primeros “experimentos” empezaron en 2011. Fue entonces cuando cambiaron el tapón de corcho por uno de cristal, “y vimos que a partir de los 5-6 meses se notaba una evolución muy interesante”, añade el experto sobre una técnica única y sorprendente.
Attis Mar 2020
De primeras, impresiona. “Es un vino mecido”, insiste el director comercial de Attis, Javier Villar. La crianza bajo el mar “le aporta una evolución fresca y antioxidativa”, destacan desde la bodega sobre Attis Mar, su caldo más llamativo. La pregunta es: ¿se nota en este albariño de seis meses de crianza submarina algo especial?
La respuesta es ‘no’. Nada nuevo bajo el mar. Es un buen vino, sin duda, fino y armónico en boca, pero sin ningún matiz especial fruto de su crianza submarina. Es más, ciertos toques salados pueden llegar a condicionar la mente del catador. “Pero no entra”, recalca Hebrard, por si alguien tenía dudas.
A casi 100 euros la botella
Cada seis meses, salen desde esta bodega del Val do Salnés gallego entre 500 y 1.000 botellas de Attis Mar en dirección a El Corte Inglés, Vino Selección o Vivino, donde se vende por entre 70 y 90 euros. Lo más sorprendente de todo es que el mismo vino criado de forma tradicional sale por 15 euros. ¿Está justificada una diferencia de precio tan abultada?
“Es muy costoso”, apunta Villar. “Si tuviéramos 10.000 botellas de Attis Mar, también las venderíamos”, presume el comercial de esta bodega que también elabora dos vinos naranjas. ¿Alguien se imagina a una bodega de renombre internacional colgando sus vinos de cuerdas repletas de mejillones? A veces, tal y como apuntan los expertos en vino y gastronomía, no hay que obsesionarse con innovar.
Otros vinos submarinos
La bodega vasca de nombre inglés Crusoe Treasure está especializada en vinos de crianza submarina. Aseguran que sus caldos reflejan al máximo la influencia del mar, y venden sus botellas en packs de dos --una sumergida y la otra normal-- por entre 80 y 120 euros.
Los vinos submarinos de Marevinum también envejecen bajo el mar, pero en unas jaulas colocadas bajo el faro de San Emeterio (Asturias). Al igual que el resto, sus botellas se venden por alrededor de 90 euros. La única bodega submarina que ofrece caldos a un precio para todos los bolsillos es Habla de mar.
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