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Vigila lo que compras: la sequía subirá aún más los precios de estos alimentos
La ausencia de lluvias que afecta a las cosechas españolas es una nueva causa de inflación tras la pandemia, la crisis energética y la guerra de Ucrania que repercutirá especialmente en algunos productos
Desde hace meses los consumidores están más que familiarizados con encontrarse en el supermercado que tienen que poner un euro más por aquí y otro euro más por allá. Lo que va encareciendo la cesta de la compra. A la pandemia del coronavirus, el incremento del precio de la electricidad y combustibles, y la guerra en Ucrania, ahora hay que sumarle un nuevo elemento en discordia cuyos efectos empiezan a notarse: la sequía. Porque lo que ocurre en el campo ahora, antes o después tendrá su traducción en los precios de los alimentos que terminan en las estanterías de los establecimientos.
Según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, las intensas olas de calor en verano, con temperaturas récord por encima de los 40 grados centígrados, y la falta de precipitaciones han repercutido en un descenso del agua disponible, con los embalses al 39,2 % de su capacidad en España. Esto ha obligado a cortar el suministro de agua en varios municipios en comunidades como Cataluña y Galicia. Restricciones que afectan igualmente a la agricultura y, en consecuencia, al ganado.
¿Qué alimentos se verán más afectados?
“La sequía ya lleva tiempo acechando en el país, pero ahora se ve un dato más claro”, señala Andrés Góngora, responsable estatal del sector de Frutas y Hortalizas de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). “El cultivo de cereales ya se ve un 25 % afectado. En cuanto a la producción de aceite de girasol se ha reducido, sobre todo, en Andalucía y en Extremadura. Por otro lado, aunque al olivar le queda aún campaña, se prevén hasta más de un 30 % de pérdidas, incluso aunque llueva”, destaca el agricultor.
Asimismo, pese a que, según la coordinadora, el cultivo de secano sufrirá más que el de regadío, éste también tiene restricciones y no se ha podido regar lo suficiente. “Si no se garantiza el regadío, no se siembra”. Este problema se verá reflejado en los precios de varios alimentos. El ranking lo lidera el aceite de oliva y las aceitunas –que verán incrementado su precio hasta un 50 % más-- ya que la prolongada sequía del olivar aboca a descensos de hasta el 80 % en las cosechas de secano y amenaza la viabilidad del regadío.
La cesta de la compra es más cara
Otro de los productos que verán subir su precio será la carne de ovino y caprino. “No es un cultivo, pero los pastos también van a verse afectados, y, por lo tanto, los animales se alimentarán menos, lo que afectará a su consumo”, explica Góngora a Consumidor Global. También todos los productos que se hacen a partir de aceite de girasol, como la margarina, las patatas fritas o bollería, en general, aumentarán su precio. Igual pasará con las legumbres como lentejas o garbanzos, o las hortalizas que se cultivan al aire libre como el brócoli, la lechuga o la coliflor.
Sin embargo, es complicado anticipar el grado de repercusión que la sequía va a tener en los costes. “Es difícil prever qué productos van a subir y si estos pueden ser sustituidos por cultivos en invernadero, pero lo que sí se sabe es que estos precios no bajarán. Ya no se verán alimentos baratos”. No obstante, Góngora denuncia que la sequía, entre otros factores, ha aumentado claramente el coste de los alimentos para los agricultores y ganaderos, y que la Ley de Cadena Alimentaria, por la que ningún profesional debe recibir menos de lo que le cuesta producir, no se cumple. “Estamos al límite”, resalta.
Los supermercados preparan subidas de precios
Por su parte, desde Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) señala a este medio que “la distribución, como llevamos haciendo desde el comienzo de la crisis energética y sus consecuencias, así como otras circunstancias que puedan darse, siempre sube los precios lo menos posible y lo más tarde posible debido a la fuerte competencia existente en el sector”. Sin embargo, son conscientes del problema que deriva la sequía y reconocen que esto se trasladará al consumidor tarde o temprano.
“Esto provocará que el consumo cambie, ya que, según la opción de precio, el cliente comprará más o menos de un producto”, señala el responsable del sector de Frutas y Hortalizas de COAG. “Esto se vio con la subida del precio de frutas como la sandía y el melón, donde bajó la demanda, y la gente prefería comprar otras frutas, a lo mejor, no tan características del verano”, apunta Góngora.
El regadío, solución a medio plazo
Para este agricultor, una de las principales medidas que se debería aplicar a medio plazo sería invertir en regadío, ya que, según él, es el futuro. “En estas situaciones de extremo, hay que mejorar la capacidad de los embalses, pues, en un mismo año, hemos pasado de desbordamientos a una sequía preocupante”, señala Góngora, que añade que el sistema de cultivos de secano será cada vez menos habitual debido a que las sequías serán cada vez más frecuentes.
José Luis Sánchez, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de León y experto en meteorología explica que la sequía viene por ciclos. “Durante los años ochenta, hubo ciclos de sequía muy fuertes, que duraron un par de años. No obstante, dentro del contexto de calentamiento global, las altas temperaturas tendrán una tendencia ascendente, por lo que cada vez hará más calor”, matiza. Aunque, según este experto, durante el otoño, “el país experimentará episodios de tormentas, con lluvias que caerán bruscamente en el suelo y que serán difícil de aprovechar”. No habrá lluvia, pero ha caído la tormenta perfecta en el sector de la agricultura, y por consiguiente, en los supermercados y en los bolsillos de los consumidores.
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