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El trucazo para congelar el marisco y que aguante fresco hasta la comida de Navidad

Una bolsa hermética y un lavado adecuado pueden ayudar a que estos preciados alimentos salgan más baratos

Isabel Martínez

Marisco congelado / PEXELS

El marisco es uno de los productos estrella en Navidad. Es un alimento caro, así que no todo el mundo puede permitirse comprarlo fresco el día de Nochebuena o el 31 por la mañana, así que comprarlo con antelación y congelarlo puede permitir ahorrar. No obstante, no todos los mariscos se congelan igual.

Por ejemplo, los langostinos, las gambas, las cigalas, y los carabineros son los más fáciles de congelar, ya que no hay que cocerlos antes y no son muy grandes. Los bivalvos también se congelan crudos, aunque hay que lavarlos bien previamente.

Secar con papel absorbente

Tras hacerlo, conviene secarlos con papel absorbente para eliminar cualquier exceso de agua que pueda resultar perjudicial.

Pescados y mariscos en una pescadería / PIXABAY

En cambio, hay ciertas delicatessen, como las ostras, que es mejor no meter al congelador, ya que son alimentos muy delicados y pueden estropearse. Por otra parte, los centollos y bogavantes deben comprarse vivos, y lo más aconsejable es cocerlos antes y luego meterlos al congelador.

Evitar el anisakis

Cualquier pescado que vaya a comerse crudo debe congelarse primero durante al menos cinco días para evitar que el anisakis cause problemas. Para poder congelarlo en casa, el frigorífico debe alcanzar una temperatura de -20ºC o inferior.

Un buen tip para que el sabor del marisco no pierda ni un ápice de calidad es envolver la pieza con un paño de cocina mojado en el agua de cocción y cubrirlo todo en papel film. Otra opción es optar por bolsas selladas, retirando todo el aire antes de cerrarlas. Ambas opciones evitarán que se formen cristales de hielo que puedan estropear la textura del preciado alimento.

Productos en un congelador / FREEPIK

Cómo descongelar el marisco

Por otra parte, cando vaya a consumirse, lo mejor es dejar que el marisco se descongele lentamente en el refrigerador durante varias horas o incluso toda la noche, dependiendo de su tamaño.

Descongelarlo dentro de la bolsa sumergiéndolo en agua caliente o directamente en el microondas puede afectar a su textura y a su sabor, causando verdaderos estropicios en la pieza.