Coca-Cola ha anunciado la suspensión de sus negocios en Rusia para seguir la estela de una larga lista de multinacionales que han decidido dejar el país en respuesta a la invasión de Ucrania.
En un breve comunicado, el gigante de los refrescos ha dicho que vigilará y evaluará la situación a medida que evolucionen las circunstancias. "Nuestros corazones están con la gente que está sufriendo los horribles efectos de estos trágicos acontecimientos en Ucrania", señaló la compañía con sede en Atlanta (Georgia, EE.UU.).
Los gigantes de la alimentación que dejan de vender en Rusia
La decisión de Coca-Cola se conoce el mismo día en que otros símbolos del capitalismo estadounidense como McDonald's y Starbucks han anunciado también que suspenden sus operaciones en Rusia.
La multinacional estadounidense PepsiCo también ha anunciado que suspende la venta de Pepsi, 7Up y otros refrescos en Rusia, donde también paralizará sus inversiones y su publicidad. Sin embargo, PepsiCo, a diferencia de otras empresas, no detendrá todas sus actividades en Rusia y seguirá suministrando algunos productos, que incluyen leche, lácteos y comida para bebés, artículos que considera esenciales para muchos rusos. "Llevamos operando en Rusia durante más de sesenta años. Pepsi-Cola entró al mercado en lo alto de la Guerra Fría y ayudó a crear un terreno común entre Estados Unidos y la Unión Soviética", ha escrito el consejero delegado Ramón Laguarta, que ha defendido que la situación no podía continuar sin cambios "dados los horribles acontecimientos" en Ucrania.
Los americanos siguen a Nestlé y Carlsberg
Empresas de alimentación como la suiza Nestlé, la embotelladora griega Coca-Cola HBC o la cervecera danesa Carlsberg ya detuvieron su producción en Ucrania el 2 de marzo.
Además de los movimientos de todas estas compañías, las grandes petroleras están deshaciéndose de sus participaciones en empresas rusas, como Gazprom y Rosneft.