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Todo lo que esconde la crema de cacao de Carlos Ríos (y no es nada ‘realfooder’)

El último lanzamiento del influencer de la ‘comida sana’ defrauda a los nutricionistas: “Equivale a los ultraprocesados”

Núria Messeguer

Carlos Ríos y su crema de cacao / CG

A Carlos Ríos le faltaba el dulce para completar su colección. El joven nutricionista, influencer, escritor y ahora también empresario ya tiene su propia crema de cacao en los lineales de los supermercados. Después del lanzamiento del hummus, el mutabal y el gazpacho, se unen a su colección un guacamole y una crema de cacao. Dos untables muy pedidos por sus fans que al fin, han salido a la luz. 

La expectación en el Alcampo de la calle Marina de Barcelona no podía ser más alta. El equipo de Consumidor Global estaba allí a primera hora. Madrugar era necesario porque con los lanzamientos del realfooder nunca se sabe qué puede pasar. Uno de los dependientes lo confirma: han llegado 500 unidades de crema de cacao de la marca Shukran. “Estarán en la planta de abajo, supongo”. Pero una vez allí, la confusión no podía ser mayor. ¿En qué pasillo estarán? Ríos ha comentado que era un producto de frigorífico… ¿puede que con los yogures? ¿los quesos? o ¿junto al hummus? Judith, una seguidora de Ríos, también se encuentra en la misma situación, así que decidimos aliarnos y buscar conjuntamente la deseada crema. “Mejor formar equipo”, apunta la joven. Esto ya se parece más al Juego del Calamar que a una compra en un supermercado. Y finalmente aparece la crema --sí, estaba junto al hummus--, allí, reluciente, en un envase blanco con letras rojas. Cada una coge dos, “la otra para mi madre”, señala Judith. Y cuando estamos a punto de abandonar el pasillo llegan tres amigas corriendo entre los lineales para conseguir una crema, pero sólo quedan dos... ¿Será Carlos Ríos el motivo que truncará su amistad? 

¿No es este un ultraprocesado? 

Carlos Ríos sueña a lo grande. Entre sus metas está conseguir un supermercado realfooding que esté libre de ultraprocesados y, así, “comer como lo hacían nuestras abuelas”. “Seguro que tu abuela necesitaba un producto así de procesado. La realfood ya no... el business es el business”, crítica una seguidora. Poco queda del joven y entusiasta nutricionista oriundo de Huelva que hace unos años saltó a la fama, ahora Ríos es un empresario de éxito y su legión de fans --los autodenominados los realfooders--  avalan incondicionalmente cada paso que da el influencer. Pero, ¿son sus productos tan saludables como asegura?

La crema de cacao de Carlos Ríos está hecha a base de puré de castañas, agua, sal, dátiles, cacao desgrasado, aceite de oliva virgen extra y pasta de semillas de sésamo, entre otros. En total, por cada 100 gramos tiene 180 kilocalorías, 1,3 gramos grasas saturadas, 16,7 gramos de azúcar, 5,5 gramos de fibra, 3,6 de proteínas y 0,13 de sal.  A juicio de Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos y divulgadora científica, “que lleve dátiles, en vez de azúcar, no quiere decir que sea bueno, en realidad es menos malo que las tradicionales, pero sigue siendo un producto de consumo ocasional que equivale a las cremas de cacao ultraprocesadas”. 

Las cremas de cacao agotadas en los lineales del supermercado / CS

Errores en el etiquetado

En su envoltorio aparece la foto de una tostada untada con la crema, tres castañas, dos granos de café y dos dátiles. Arriba, presidiendo el bodegón, está el logo de la marca que fabrica el producto --Shukran, la misma que con el Hummus y el Mutabal--, junto con el nombre del producto --crema de cacao-- y las aclaraciones: sin azúcares añadidos  y sin edulcorantes. “Cuando aparece una representación gráfica en el packaging se debe señalar en el etiquetado en qué cantidad está dicho componente en la mezcla final”, explica Robles. En este caso, el influencer explica en los ingredientes el tanto por ciento de castañas (30 %) y de cacao (5 %), pero no de los dátiles.“Y eso se considera un error según el reglamento 1169/2011 “, afirma esta experta.

Además, Robles incide en que la declaración “sin azúcares añadidos” implica que el alimento no puede llevar ningún componente empleado por sus propiedades edulcorantes, como es el caso del dátil. “Podría eludir esta ley si dijera que el dátil le aporta sabor o fibra a la mezcla, pero en el propio etiquetado Ríos señala que se emplea el dátil para endulzar de forma natural”, advierte Robles. 

¿Cómo sabe la crema? 

“Esta crema supera incluso en sabor a las típicas ultraprocesadas”, prometía el influencer en su Instagram, pero lo cierto es que donde haya una Nutella o una Nocilla, poco puede hacer la mezcla del realfooding en cuanto a sabor. Con todo, la crema tiene poco de untable. Ni la textura ni el sabor son de producto de dipeo, más bien parece una mousse o una natilla, de ahí que se aprecie mejor su sabor si se come en cuchara. Todo un fallo. De hecho, la crema es suave, muy sutil y bastante dulce para estar hecha a base de castañas. A diferencia de las buenas cremas, la de Ríos no moja el pan, no se integra en él, sino que queda de manera superficial a modo de gelatina, rozando lo insípido. 


Así, para recordar las meriendas de pan con Nocilla o Nutella de cuando éramos pequeños, pero en la versión realfooder, el consumidor tendrá que poner mucho producto en la tostada, y no sale a cuenta, ya que en el envase sólo vienen 200 gramos y cuesta 2,99 euros. Un precio bastante elevado para una simple crema de castaña y cacao.