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El sistema Nutriscore y su cambio de criterio desconcertante: “Un día es una A y al otro una C”
Este etiquetado informa de la calidad nutricional de los productos, sin embargo, las modificaciones en su clasificación provocan la desconfianza en los consumidores
El Nutriscore es un sistema que, en teoría, clasifica los alimentos según su calidad nutricional. Se basa en una puntuación que tiene en cuenta el contenido de nutrientes beneficiosos y perjudiciales para la salud. Según esta puntuación, los alimentos se asignan a una de las cinco categorías, desde la A (verde oscuro) hasta la E (rojo), siendo la A la más saludable y la E la más nociva. Sin embargo, sus criterios siempre han estado en el centro de la polémica.
Ahora, desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) explican a Consumidor Global que el algoritmo de esta clasificación ha sido revisado en base a los informes del Comité Científico de Nutriscore. “Se han actualizado los criterios para los alimentos sólidos y para las bebidas”, apuntan desde la agencia del Gobierno.
En qué se traducirán las modificaciones
“El nuevo algoritmo reforzará la eficacia de Nutriscore para clasificar alimentos y bebidas de acuerdo con las principales recomendaciones dietéticas de los países europeos y orientar a los consumidores hacia elecciones informadas favorables a su salud”, resaltan desde Aesan.
En concreto, según explica la agencia, las modificaciones para los alimentos sólidos se traducirán en: mejor diferenciación entre alimentos con contenido de sal y de azúcar, mejor diferenciación entre alimentos de cereales ricos en fibra y alimentos refinados, mejor clasificación de los pescados grasos, mejor clasificación de los aceites con bajo contenido en grasas saturadas y mejor clasificación de carne de pollo en comparación con la carne roja.
Chocapic pasa de la letra A a la C
Entre las modificaciones de los alimentos, se encuentran los reconocibles Chocapic. Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, avanza en sus redes sociales que estos cereales pasarán a partir de enero de 2024 de la categoría A a la C. “¿Significa que van a cambiar la composición y van a ser más insanos? No, lo que va a cambiar es el modo en que se calcula el Nutriscore”, destaca.
Aesan lo confirma. “Los cereales de desayuno verán modificada su clasificación debido a esta actualización del algoritmo sobre una base científica. De modo que el cambio en la clasificación Nutriscore no se va a deber a una reformulación del producto sino a un cambio en el algoritmo”, argumentan. Sin embargo, el eco de los comentarios al respecto manifiestan desconcierto: “Un día es una A y al otro una C. No me fío para nada de estas etiquetas”, expresa un usuario en X (antiguo Twitter).
Cómo se calcula la categoría
El nutricionista M. Santos recalca que la normativa europea sobre información nutricional establece la posibilidad de utilizar, de forma complementaria y voluntaria, un etiquetado nutricional frontal (Nutriscore) que no sustituya al etiquetado nutricional obligatorio (ingredientes e información nutricional) situado en la parte posterior del envase.
Respecto a cómo se obtiene la puntuación de este sistema, Santos señala que se tiene en cuenta “la cantidad de componentes cuyo consumo debe promoverse (frutas y hortalizas, proteínas, fibra, aceite de oliva, legumbres y frutos secos) o cuyo consumo debe limitarse (ácidos grasos saturados, azúcares, sal y energía), por cada 100 gramos o 100 mililitros de producto (no por porción comestible)”.
No tiene en cuenta muchos parámetros
“Sin embargo, esta valoración no tiene en cuenta muchos parámetros. Debido a las limitaciones del sistema, es posible que se reconsidere la clasificación de algún producto, sin modificar su composición necesariamente”, expone el nutricionista que, al referirse al caso de Chocapic, añade que unos cereales de desayuno azucarados “no son muy saludables como norma general”.
Rafael Urrialde, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ) y doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid, subraya que “el Nutriscore no tiene en cuenta el compuesto antioxidante del aceite de oliva y da la misma valoración al aceite de oliva virgen extra que a un aceite refinado vegetal que lo único que tendría sería el valor de los ácidos grasos”.
Qué dice Nestlé sobre el cambio en sus cereales
Sobre este cambio en Nutriscore de cara a 2024, el ejemplo de los Chocapic es uno más de un amplio número de alimentos. Nestlé detalla a Consumidor Global que el objetivo de la empresa “es apoyar a los consumidores a elegir una dieta equilibrada mejorando el perfil nutricional de nuestros productos y ofreciendo esta información de forma clara en el packaging”.
“Estamos abiertos a una evolución del etiquetado basada en la evidencia científica y nutricional. El algoritmo del sistema de etiquetado frontal y voluntario Nutriscore ha tenido una actualización que finalizó este verano. Cabe destacar que se ha establecido un periodo de transición de dos años hacia el nuevo algoritmo”, concluyen desde la multinacional.
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