Está presente en varios tomates, en el jamón Navidul, en las tabletas de Huesitos o en las novedades flexiterráneas de El Pozo. Sus llamativos colores tienen el único objetivo de atraer las miradas en los lineales. Parece una medalla, un galardón otorgado por alguien más o menos imparcial, pero no es exactamente eso. El sello Sabor del Año es un reconocimiento a los alimentos más apetitosos… que las marcas pagan por tener. Eso no significa que los premiados no sean sabrosos, pero pone de manifiesto que también resulta jugoso para los jueces.
El sello fue creado en el año 1995 en Francia por Mondia, y en la web presume de “rigurosidad e imparcialidad de la metodología empleada”. Sin embargo, Consumidor Global ha preguntado cuánto pagan los galardonados por lucir su sello, pero desde la entidad explican que no revelan datos económicos. Para explicar su funcionamiento, hablan de examen. “Cuando decimos examen, queremos decir que no es una elección ni un concurso como es el caso de otros premios, sino que es un examen realizado por los consumidores. Es decir, Sabor del Año es el único galardón basado en el reconocimiento explícito por parte del jurado más exigente: el consumidor”, defienden.
Cata a ciegas para elegir los mejores productos
Eso significa, argumentan, que todos los productos “se someten a una prueba a través de un análisis sensorial sin reconocimiento de marca, es decir, una ‘cata a ciegas’, realizada en laboratorios especializados, independientes y acreditados para realizar este tipo de pruebas. Es por tanto un distintivo de alta credibilidad y eficaz como herramienta de marketing para la empresa que lo obtiene”, agregan. Pero, para conocer cómo de exigente es el examen, convendría conocer qué porcentaje de artículos candidatos a Sabor del Año quedan fuera y finalmente no obtienen el galardón; o, dicho al revés, cuántos son finalmente escogidos.
No obstante, desde Sabor del Año tampoco aclaran exactamente cuántos suspenden. “Como las marcas participantes son primeras marcas en cuanto a calidad, el porcentaje de productos que son aprobados por los consumidores para meritar el sello Sabor del Año es alto. A pesar de ello, en cada edición hay marcas que no llegan a obtener este galardón porque hay otras de su categoría que alcanzan puntuaciones más altas”, afirman. “Como es lógico, las marcas deben pagar para poder participar en estos procesos de pruebas con consumidores realizadas en laboratorios de talla internacional, y por las campañas de divulgación de los ganadores”, apuntan fuentes del sello. Entienden, así, que se paga por los costes (de la prueba en sí y de la promoción), no por el hecho de tenerlo.
Falta de información
Juan Carlos Gázquez Abad es profesor del departamento de Economía y Empresa en la Universidad de Almería y experto en comercialización e Investigación de Mercados. Este profesor se muestra escéptico respecto a la eficacia del título. “De manera global creo que no es un sello de calidad muy fiable. Llama la atención que en la web no se especifique absolutamente nada de los detalles del proceso de recogida de información, del número de productos testados, las categorías de producto, etc. He revisado la web y he visto los diferentes vídeos que tienen colgados y en todo momento se evita dar nombres, detalles, etc.”, opina Gásquez.
También hay, indica este experto, ciertas lagunas metodológicas. Por ejemplo, sobre la selección de las personas que prueban los alimentos. Se habla de 80, pero, “¿cuál es el perfil sociodemográfico de las mismas? ¿De qué comunidades autónomas proceden? No es lo mismo hacer una cata de pulpo viviendo en Galicia que en Extremadura”, asevera. Hay más preguntas en el aire: “¿Es la muestra representativa del territorio nacional?”. Si se va a premiar un pulpo, apostilla Gásquez, una leche o una hamburguesa como el mejor del mercado, “se supone que habrá que comparar todos los productos existentes en el mercado, sin necesidad de que dichos productos pidan participar”.
90 productos premiados
En cambio, María Gómez Campillo, profesora en ESIC Business & Marketing School y experta en Marketing y Comunicación, sí cree que la condecoración de Sabor del Año impacta sobre los clientes. “Es un sello muy reconocido por el consumidor al llevar ya tantas ediciones (desde el año 1995). Este sello ayuda a los compradores actuales a reforzarse en la idea de que el producto que ya compraban se merece su confianza, y, por otro lado, incita a posibles compradores a animarse a adquirirlo”, razona. Gómez Campillo incluso se anima a dar una cifra. Si bien advierte que se paga por categoría y en función de los ítems que ganen, estima que hablamos de “en torno a los 15.000 euros anuales seguro”.
Si en España, como reconocen desde el sello, hay actualmente unos 90 premiados, las cifras de ingresos superarían el millón de euros. En este punto, sobre la cantidad de galardonados, desde la entidad apuntan que “en cada edición aumenta el número de productos que obtienen el sello, ya que las marcas que lo consiguen ven incrementar sus ventas, y, por lo tanto, se va consolidando la eficacia del sello para atraer a los consumidores”. Algunos repiten desde hace varias ediciones, como Central Lechera Asturiana con la gama de leche UHT entera, semidesnatada y desnatada; los plátanos Gabaceras, el melón Bollo etiqueta negra o los productos de La Sirena.
Asturiana y El Pozo, entre las mejores
Algunas de las marcas presentes también tienen el honor de figurar en el estudio Brand Footprint 2021 de la consultora Kantar, un informe que analiza las firmas del gran consumo que más se compran en España. Si bien un mejor sabor no equivale exactamente a un mayor número de ventas, Asturiana y El Pozo son dos que sí pueden presumir de aparecer en ambas listas. Ahora bien, ningún producto de Campofrío, Gallo, Bimbo, Danone, Pescanova o Casa Tarradellas (nombres que están en el top-10 de Kantar) ostenta el Sello Sabor del Año 2022.
En contraste con estas ausencias, entre los alimentos de marca blanca hay un claro vencedor: Carrefour, que suma cuatro alimentos con este título; entre ellos, unos yogures de sabores.
Sin galardonados de Mercadona
“Lo que llama la atención es que el único retailer de alimentación que aparece es Carrefour, no apareciendo, por ejemplo, ningún producto de Mercadona, cuando en muchos de los estudios desarrollados por organizaciones de consumidores y otras entidades, son los productos de la cadena valenciana los que mayor valoración y puntuación reciben”, expresa Gásquez. De hecho, añade, el mejor indicador de lo que le gusta al consumidor “es la cuota de mercado de Mercadona (25,1 %), frente a la de Carrefour (alrededor del 8 %). Los datos no se pueden refutar”.
Por otra parte, sería esclarecedor determinar si los compradores saben realmente cómo funciona el sello. Gómez Campillo cree que el cliente medio no es consciente de que detrás del sello no hay una asociación de empresas ni una entidad pública, sino una empresa con evidentes intereses económicos, pero no le resta valor por ello. “Hay una votación de los productos de manera abierta para que el consumidor participe. Es decir, las marcas deben pagar y presentar sus productos al galardón para ser una de las alternativas de voto, pero el consumidor lo que ve es que hay 10.000 personas votando y eso le da cierta garantía de que es por votación del mercado”, apunta.
Fiabilidad y confianza
En cambio, Gásquez es más crítico y considera que “aquellos clientes que conocen el sello (a mi juicio son una minoría), desconocen totalmente qué empresa está detrás de estos premios y que los premiados tienen que pagar por serlo”.
Incluso va más allá y opina que la propia empresa “es la primera que no está interesada en que el consumidor sepa de dónde viene este premio, ya que eso le quitaría fiabilidad y confianza en el mismo”.