Las cervezas artesanales no son tan puras como parece. Así se desprende de una investigación liderada por el IPNA-CSIC, que ha hallado más concentración de residuos de plaguicidas en cervezas artesanales canarias que en las industriales, lo que a su juicio invita a poner en duda las afirmaciones relacionadas con la salud y su mayor naturalidad y calidad.
Este hallazgo ha sido publicado por la revista Toxicology Reports y forma parte de los resultados de un análisis comparativo entre cervezas artesanales canarias e industriales españolas. Entre ambos tipos existen diferencias en aspectos como el perfil de micotoxinas, los residuos de pesticidas y contaminantes y la composición elemental.
Diferente composición
El hallazgo más destacado con relación al perfil de micotoxinas fue el hecho de que las cervezas artesanales no presentaban ninguna de las micotoxinas analizadas, según ha informado el IPNA-CSIC en un comunicado. Sin embargo, todas las cervezas industriales estaban contaminadas con al menos una micotoxina y casi la mitad de las muestras analizadas mostraban la presencia de varias. No obstante, las concentraciones estaban muy por debajo de los límites legales establecidos.
En lo que respecta a los residuos de plaguicidas, fueron las cervezas artesanales las que presentaron concentraciones medias superiores a las de las industriales, lo que probablemente se deba a que la filtración y la pasteurización empleados por las cervecerías industriales pueden eliminar los residuos del producto final, mientras que las artesanales tienden a no filtrar ni pasteurizar sus productos.
Cerveza ecológica
Al hilo de este hallazgo, las afirmaciones relacionadas con la salud sobre la mayor naturalidad y calidad de las cervezas artesanales pueden ponerse en duda en el caso de los residuos de pesticidas, indica el estudio. La única cerveza sin residuos de ningún tipo tenía certificación ecológica, lo que demuestra que, en este caso, la certificación sí podría garantizar a los consumidores que están bebiendo una cerveza sin residuos.
A juicio de los investigadores, es preciso fijar, tanto en la Unión Europea como a escala internacional, límites máximos de residuos específicos para la presencia de micotoxinas, plaguicidas y metales tóxicos en la cerveza.
Investigación en profundidad
En todo caso, los autores del artículo indican que esta hipótesis requiere una investigación en la que se comparen las cervezas ecológicas y convencionales.
Por último, la composición elemental de las cervezas artesanales y convencionales difería tanto en el orden como en la concentración de los distintos macro y micro elementos analizados. Las diferencias se explicarían por factores endógenos (principalmente las materias primas y el agua empleadas) como exógenos (contaminación de fuentes externas y maquinaria de la fábrica de cerveza).