Con la Navidad a la vuelta de la esquina, ya es momento de preguntar en el trabajo quién se apunta a jugar la lotería este año, de cuadrar las vacaciones y de seleccionar el mejor restaurante para celebrar la cena de Navidad. A pesar de que la inflación también atosiga al sector de la restauración, en Madrid las reservas se han adelantado con respecto a otros años.
Juan José Blardony, director general de la asociación empresarial Hostelería de la Comunidad de Madrid, explica a Consumidor Global que aún no tienen cifras concretas sobre los posibles incrementos de precio, pero sí reconoce que, en los últimos meses, los restaurantes habían revisado sus tarifas con incrementos en torno al 5 %, a la par que la inflación sobrepasaba el 10 %. Así, según Blardony, el sector repercutía aproximadamente la mitad de lo que había tenido que afrontar. Ahora, celebra, “la inflación se ha moderado un poquito”. A pesar del incremento de precios que soportan los restauradores, no se ha repercutido todo. “Y el cliente percibe que la subida en los restaurantes no es exagerada”, añade. No sólo lo percibe, sino que lo valora.
Uno de cada tres euros va a hostelería
Lo que sí está disparado es el número de reservas. “Las reservas están funcionando estupendamente. Ya estamos entre un 80 % y un 90 % por comidas y cenas de Navidad. Estamos gratamente sorprendidos por las ganas de los consumidores de venir a los restaurantes”, cuenta Blardony. Este dato tan positivo se debe, según el director general de la entidad, a que hay más previsión, pero también a que la bolsa de ahorro de los consumidores que se creó durante la pandemia aún no se ha agotado del todo, y a la recuperación del turismo. Además, se trata de turistas con mucha capacidad adquisitiva.
Por otra parte, Blardony defiende que, en Madrid, la hostelería trasciende el campo gastronómico y funciona como ocio y como intercambiador de experiencias. “Pensemos que aproximadamente uno de cada tres euros de la renta disponible de los ciudadanos madrileños va a la hostelería”, cuenta Blardony, con un punto de orgullo apenas disimulado en la voz.
Ligeras subidas en Txistu y Lakasa
Txistu forma parte de la constelación de restaurantes icónicos de Madrid. Ubicado en el barrio de Tetuán, tiene casi medio siglo de experiencia. Desde este restaurante admiten que sí han aplicado ligeras subidas, tal y como se puede comprobar en su web. A partir de diciembre, cuentan, es cuando ellos perciben la subida que les aplican sus proveedores, y, por lo tanto, es entonces cuando se encarecerán sus platos. Así, los comensales que se den prisa encontrarán, hasta el 7 de diciembre, tres menús disponibles, por 60, 68 y 79 euros respectivamente, en función de los platos y el maridaje que escojan. A estas tres opciones hay que sumar el 10 % de IVA. A partir del día 7 de diciembre, dichos menús pasarán a costar 65, 74 y 82 euros, es decir, unos cinco euros más cada uno.
También suben en Lakasa, una reputada casa de comidas madrileña donde se mima el producto de temporada. Aquí, el menú de grupo para fechas navideñas cuesta 75 euros por persona, un ascenso “muy pequeño” respecto al año anterior, “quizá de dos euros”, cuenta Marina Launay desde el establecimiento. Para compensarlo, han añadido algunas cosas, como acompañamientos más especiales o el café. Sí han subido de forma más notoria los menús a domicilio para las fechas clave del 24 y el 31 de diciembre. “Son 79 euros por persona, cuatro euros más”, precisan. Tal y como explica Launay, con esta propuesta los comensales se llevan la caja a casa con todo prácticamente listo y unos vídeos para rematar las recetas. Sólo hace falta dar un último toque y emplatar. “Porque a las madres, o a quien le toque cocinar esos días, también les apetece sentarse”, bromea Launay. Además, añade que desde Lakasa intentan “no bajar la calidad” y subir “lo mínimo” para que haya un equilibro entre el cuidado al cliente y la rentabilidad del negocio.
60 euros por persona
Launay también apunta que las reservas “se han adelantado”. En Lakasa “ya hace unas dos semanas que la gente empezó a llamar para reservar”. Corrobora la tendencia Spathios, una herramienta tecnológica dedicada tanto a la planificación y gestión de eventos como a la reserva y explotación de espacios inmobiliarios en Madrid, Barcelona y Londres. Pol Hevia, cofundador y CEO de la compañía, ha defendido que “las personas y departamentos de las empresas encargados de planificar y organizar las celebraciones de Navidad sufren un gran estrés y nerviosismo”, lo que se traduce en un aumento del tiempo con el que se reservan los espacios.
De hecho, según sus estimaciones, el 70 % de los espacios para las cenas de Navidad se reserva con seis meses de antelación. La plataforma ya ha registrado, a estas alturas de año, unas 300 reservas para celebraciones navideñas, “lo que supone un 200 % más que a estas alturas del año anterior”, apunta la empresa. Por otra parte, según las cifras de Spathios, las comidas o cenas de estas fechas cuestan a las empresas, de media, 60 euros por trabajador.
Mesas más grandes
Diurno es uno de los restaurantes de moda de la capital. Según las valoraciones de TripAdvisor, forma parte del 5 % de los mejores restaurantes de Madrid. Raúl Gómez-Carmona, socio del grupo Mercado de la Reina (que aglutina, además, al Museo Chicote, el Gin Club y La Parrilla de la Reina), explica que, si bien es consciente de que la inflación ha afectado muchísimo a los restaurantes de toda España, ellos apenas han tocado el precio de su menú. En concreto, sólo ha subido un euro. “No es porque seamos mejores ni peores, es porque somos sensibles a nuestro cliente, sabemos que es un momento muy delicado también para él y no queremos penalizarle”, explica.
También las reservas de Diurno van como un tiro. “Este año estamos ya al 85 %, por dos motivos. En primer lugar, porque las comidas y cenas se han adelantado mucho, con ese pensamiento de ‘por si acaso’. Y, en segundo lugar, porque antes había limitaciones en mesa, y este año ya no. La gente tenía ganas de poder reservar una mesa grande, para todos, de unos 18 o 20 personas. Al necesitar espacios más grandes, los clientes llaman antes para asegurarse”, razona Gómez-Carmona.