La mayor parte de los historiadores gastronómicos opinan que el brownie surgió como fruto de un feliz error al olvidarse de añadir levadura a un bizcocho de chocolate. Al hornearlo, se logró un bizcocho compacto y plano, ligeramente crujiente por fuera y muy jugoso en el interior que, contra todo pronóstico, gustó mucho.
Ahora, más de un siglo después, el brownie ha evolucionado hasta incluir entre sus ingredientes toffee crujiente, pistachos, crema de queso o cacahuetes. Pero ¿es tan fácil como parece? ¿Qué es lo fundamental para conseguir un gran brownie? Moncho López, de Levaduramadre Natural Bakery, ofrece todas sus claves para conseguir que un brownie casero quede perfecto.
Tipo de chocolate y orden de mezcla
Un chocolate de calidad, con al menos un 70% de cacao puro y sin azúcar, es la mejor opción. Es importante escoger el porcentaje de cacao adecuado porque si utilizamos un chocolate más puro, el resultado puede no ser tan cremoso y dulce como debiera, y con un chocolate con un 50% de cacao, por ejemplo, el bizcocho puede no tener suficiente potencia.
Respecto a la mezcla de ingredientes, primero se derrite el chocolate junto con la mantequilla y se deja templar. Después, se añaden los huevos uno a uno y cuando está todo incorporado, se añade la harina tamizada. Al principio, la mezcla puede moverse con una lengua, pero luego hay que hacerlo con varillas.
Horneado y textural ideal
El horno debe estar fuerte, mínimo a 200-220 grados, siendo preferible que se haga en un horno de convección y que durante el horneado se genere costra. El brownie puede subir durante el horneado, pero una vez que se saca del horno, baja. No hace falta que repose.
Además, el brownie, como mucha repostería americana, tiene poco horneado y su interior es ligeramente húmedo. Lo mismo le ocurre a las cookies y los muffins.
Acompañamiento y trucos
Con helado de vainilla es perfecto. Al servirse caliente, combina muy bien con el helado. Además, es un postre muy popular en restaurantes porque aguanta muy bien el paso del tiempo. Si te dicen que te lo calientan un poco, es probable que sea del día anterior.
En este tipo de preparaciones hay pocos trucos y pocas innovaciones, porque la receta original ya es extraordinaria. Son preparaciones muy ajustadas que son buenas no por la originalidad, sino por la simplicidad. El secreto son ingredientes de calidad y seguir una de mis máximas: no se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de hacer lo ordinario extraordinariamente bien.