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Qué pasa si nos comemos un helado contaminado de Häagen-Dazs, según los expertos en nutrición

La marca estadounidense, propiedad de General Mills, cuenta con una veintena de productos afectados por la presencia de 2-Cloroetanol, un derivado del óxido de etileno

Teo Camino

Una mujer se come un helado de vainilla de Häagen Dazs / ELECTRICTUESDAY FLICKR

Häagen-Dazs, otra vez. La marca de helados americana colecciona alertas de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan). A finales de febrero fue el sabor Rum Salted Caramel & Biscuit, que contenía alérgenos no declarados en el etiquetado. El 11 de julio les tocó el turno a dos populares helados cuya vainilla de Madagascar estaba contaminada con óxido de etileno, una sustancia clasificada como posible cancerígeno. Y este agosto los productos de Häagen-Dazs retirados de los supermercados para proteger la salud de los consumidores ya ascienden a una veintena.

El cúmulo de errores en la cadena de producción alimentaria de Häagen-Dazs ha obligado a la Aesan a pedir que no se consuman dichos productos y ha hecho que los consumidores se pregunten: ¿qué pasa si nos comemos un helado contaminado de la marca estadounidense? ¿Está en peligro nuestra salud? Doctoras en ciencia y tecnología de los alimentos y médicos especializados en bases moleculares y celulares del cáncer responden a estas y otras preguntas.

Los peligros de comer un helado contaminado de Häagen-Dazs

El 2-Cloroetanol que se ha encontrado en los helados de Häagen-Dazs “puede provenir del óxido de etileno, que es tóxico y cuyo uso está prohibido en la cadena alimentaria en la Unión Europea”, expone a Consumidor Global el médico y Catedrático de Estudios de Ciencias de la Salud en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Salvador Macip. Sin embargo, “no hay información sobre qué cantidades han encontrado en estos productos, y, según dice la empresa, no tienen evidencia de la presencia de óxido de etileno, por lo que nos falta información”, añade el experto.

El helado afectado por la contaminación / ALCAMPO

Según este especialista en bases moleculares y celulares del cáncer, se trata de sustancias que pueden ser tóxicas si se superan ciertas dosis, pero “no creo que aumente el riesgo de sufrir alguno de los cánceres asociados al óxido de etileno --leucemias, linfomas y cáncer de estómago y de mama-- por consumir estos helados, como sí ha sucedido al producirse una exposición laboral prolongada que conlleva dosis altísimas”. En la misma línea, la doctora en ciencia y tecnología de los alimentos, Paloma Quintana, también aboga por lanzar un mensaje de tranquilidad: “si tienes uno de los lotes afectados de Häagen-Dazs, sigue las recomendaciones de la Aesan y tíralo, pero tampoco te preocupes más de la cuenta”. La farmacéutica experta en seguridad alimentaria, Gemma del Caño, coincide: “hay que activar el protocolo de precaución y desecharlo, pero es bastante improbable que por comer uno de estos helados se deteriore tu salud”.

Un problema bastante serio

El hecho de que Häagen-Dazs acumule distintas alertas alimentarias en lo que va de 2022 “es un problema bastante serio que manifiesta una falta de método en su cadena de producción. Tienen que revisar sus sistemas de control”, critica Del Caño, quien recalca que el error con el etiquetado de los alérgenos también es un “fallo grave”.

Un helado de la polémica marca americana / LIU TAO FLICKR

¿Cómo puede ser que Häagen-Dazs cometa errores en el etiquetado de sus helados o que se le cuelen sustancias prohibidas por la Unión Europea? “Haciendo las cosas mal”, resume el profesor de nutrición de la Universidad San Jorge de Zaragoza, Juan Revenga, quien explica que la multinacional americana “debería tener más en cuenta el Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (Appcc)”, un protocolo de obligatorio cumplimiento que sirve, precisamente, para garantizar la inocuidad alimentaria. “Parece que no lo siguen de la forma adecuada”, remacha el experto.

Jugar al límite

¿Y la imagen de Häagen-Dazs? ¿Cómo se explica que una multinacional de su tamaño y popularidad se exponga a dañar su propia imagen de esta manera? Visto lo visto, “esta empresa juega al límite de la regulación”, critica Quintana. Si cambias de proveedor de una materia prima (aroma de vainilla) y haces los controles pertinentes, “pero los resultados llegan cuando el producto ya está en el mercado, te la juegas”, añade la especialista.

Al final, son empresas tan poderosas que, “si les cae una multa, pueden pagarla. Y si cogen mala fama, pueden invertir más dinero en publicidad y se lavan la cara”, sentencia Quintana sobre Häagen-Dazs y otras multinacionales de la industria de la alimentación.