Es un hecho contrastado e irrebatible que muchos de los productos que vende Burger King son insanos. Las hamburguesas de la cadena de restaurantes americana tienen muchas calorías y la calidad de su carne también es cuestionable, de modo que las autoridades sanitarias han decidido mover ficha. En concreto, la Advertising Standards Authority (ASA), entidad británica de autorregulación publicitaria, ha prohibido tres de sus anuncios.
La ASA ha tomado esta decisión porque considera que los anuncios (que llegaban a los menores por correo electrónico en el marco de un programa de fidelización) promovían el consumo de alimentos con exceso de grasas, sal o azúcar entre el público menor de 16 años. Burger King anunciaba los Doritos King Box, una auténtica bomba calórica, destacando su precio barato.
Reclamación de Food Active
Esta prohibición llega tras una reclamación de Food Active, un programa de promoción de comida saludable vinculado al sistema nacional de salud público, el National Health Service.
Tras una investigación, las autoridades determinaron que Burger King UK no había tomado las medidas adecuadas para garantizar que cualquier persona menor de 16 años que se uniera a su newsletter fuera excluida de cualquier campaña de marketing directo por correo que promocionara productos insanos.
Controles más estrictos
Matthew Ashton, director de salud pública de Food Active, ha expresado su satisfacción tras la prohibición y ha asegurado que el fallo revela la necesidad de implementar “controles más estrictos para garantizar que los niños estén protegidos de la publicidad online de alimentos y bebidas insanos”.
Por su parte, Katharine Jenner, directora de Obesity Health Alliance, ha indicado que “las marcas multinacionales se están volviendo cada vez más inteligentes e innovadoras en la forma en que comercializan sus productos entre los niños”, de modo que restringir los anuncios de este tipo de comida “reduciría significativamente la cantidad de niños con exceso de peso”.
La defensa de Burger King
Por su parte, Burger King se ha defendido argumentando que en los términos y condiciones de sus promociones por correo se especificaba que los menores de 16 que se apuntaban al programa debían confirmar que tenían la autorización de sus padres.
Evidentemente, esa confirmación se expresaba al marcar una simple casilla, de modo que no era tal.
Incumplir los códigos
No es la primera vez que Burger King se ve envuelto en polémicas de este tipo. En 2006, la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, solicitó a la compañía que retirase el anuncio de la hamburguesa Doble Whopper porque incumplía los compromisos del código de autorregulación que la cadena había firmado en el marco de la estrategia sanitaria contra la obesidad (NAOS).
Tras esto, la cadena de comida rápida publicó una nota de prensa en la que aseguraba, sorprendentemente, que trabaja para promover una "alimentación equilibrada" y para reducir los riesgos de las enfermedades causadas por una dieta inadecuada.