“No tengo tiempo para cocinar cada día. Siempre voy con prisas a todos lados y los supermercados me dan la facilidad de tener comida barata y ya lista para comer. Lo curioso es que cuando estoy más libre, no tengo ganas de meterme en la cocina”, reconoce Marina González. Al igual que ella, cada vez son más las personas en España que apuestan por los alimentos preparados antes de encender los fogones. De hecho, según la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), un 95 % de los consumidores españoles incluyen estos platos prefabricados en su lista de la compra.
Pero, mientras las cifras hablan, los supermercados ofrecen y los clientes comen. Mercadona y Lidl refuerzan su servicio de “Listo para comer” aprovechando el rápido estilo de vida de la población y la alta demanda de platos fáciles y rápidos de consumir. Por ello, en muchos establecimientos de este tipo hay habilitada una zona con microondas, servilletas y cubiertos de un solo uso.
La alta demanda
En concreto, el consumo de comida preparada llegó a alcanzar las 654.614 toneladas en 2021, lo que supuso un 1,7 % de aumento con respecto al año anterior. “Pero, si comparamos los datos de consumo en el hogar de 2019 frente a los de 2021, puesto que el 2020 fue un año excepcional para el sector, y el impacto del cierre de la hostelería fue grande, observamos un notable incremento del 10,5% en el volumen de ventas”, específica a Consumidor Global Álvaro Aguilar, secretario general de la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (Asefapre).
“Año tras año, los platos preparados mantienen una tendencia creciente, gracias a la gran capacidad de innovación de la industria y a su rápida adaptación a los diversos estilos de vida de los consumidores”, señala Aguilar. Cabe destacar que según el estudio Alimentación de Conveniencia – Ready to eat publicado por Aecoc, el 56 % de los españoles declara consumir productos listos para comer por falta de tiempo, mientras que el 46 % afirma que consumiría más productos de este tipo si la oferta de recetas saludables fuera más amplia.
¿Son saludables estos platos?
Para la experta en temas de alimentación, nutrición y salud Laura Caorsi, “los platos preparados que se elaboran y venden en los supermercados no tienen por qué ser sinónimo de platos insanos, del mismo modo que los platos que hacemos en casa no tienen porqué ser sinónimo de comida saludable”. Además, destaca que puede ser una buena alternativa para personas mayores que vivan solas. “Si compras, por ejemplo, una menestra de verduras, una tortilla de espinacas o una empanada de atún, y tomas una pieza de fruta en el postre, habrás comido sano y como en casa”, explica.
Eso sí, Caorsi destaca que “cada tipo de alimento o ingrediente tiene una duración óptima; algunos duran más que otros. Esto se tiene en cuenta a la hora de vender platos preparados, ya que deben elaborarse en condiciones de higiene, envasarse correctamente y no pueden estar a la venta indefinidamente para garantizar la seguridad alimentaria. Hay toda una normativa al respecto: el Real Decreto 3484/2000”.
¿Se pueden consumir diariamente?
En supermercados como Mercadona, Lidl o Carrefour se ofrecen una gran variedad de alimentos ya listos para consumir: pasta, ensaladas, bocadillos, carnes o paellas. No obstante, como bien dice la experta en nutrición, no todas ellas son saludables, por lo que a pesar de que en ocasiones puntuales pueden ser de gran utilidad, no es conveniente abusar de estas preparaciones.
Y es que, conseguir lo más rápido por el menor precio es algo que va diametralmente en contra de la lógica de la cocina donde el sabor se consigue gracias al tiempo. No obstante, el secretario general de Asefapre asegura que “la alta calidad, su precio asequible y su rápida y fácil preparación hacen que los platos preparados sean una solución perfecta para el día a día de todo tipo de consumidores”.
Más variedad en los supermercados
“La amplia variedad de platos preparados existente junto con el hecho de que haya toda una oferta adaptada a las necesidades de aquellos consumidores que demandan soluciones específicas, por ejemplo, sin gluten o sin lactosa, permite a los consumidores llevar a cabo una dieta rica y equilibrada de forma fácil y rápida”, explica Álvaro Aguilar. “Además, el cuidado proceso de elaboración de los platos preparados permite que los alimentos mantengan todas sus propiedades organolépticas y nutritivas”, añade.
Por su parte, cadenas como Mercadona han ido añadiendo más variedad en sus platos a medida que la demanda crecía. “Los consumidores, a los que llamamos jefes, pues son ellos los que deciden la dirección que debe tomar la empresa, nos pedían mucho que añadiéramos más variedad. Antes ofrecíamos solo tortillas de patatas y sándwiches, pero en 2018 empezamos a apostar por la petición de nuestros clientes y comenzamos a vender comida preparada para llevar”, confirman fuentes de Mercadona a este medio.
Alternativas ‘low cost’
Asimismo, la cadena valenciana implementó en el pasado mes de mayo en más de 800 establecimientos el libre servicio en su nueva sección Listo para Comer, donde el consumidor puede optar por más de 35 platos con atención personalizada a un precio que oscila entre 2,25 euros y 4,60 euros.
Lidl también tiene a disposición del cliente una variedad de recetas tradicionales que incluye 14 comidas preparadas, distribuidas en platos fríos y calientes, a un precio que varía de los 1,19 euros a los 2,99, frente a los 8 o 12 euros que puede llegar a costar un menú diario en cualquier restaurante. “Son alternativas low cost que te salvan de cualquier apuro o, simplemente, de cuando no te apetece cocinar”, concluye Marina González.