Pocos bares españoles prescinden del pincho de tortilla de patatas. Convertido en emblema de la gastronomía nacional, este aperitivo tiene su qué y ejecutar bien su receta o está al alcance de todos. La mayoría de paladares disfrutan de este sencillo plato, algunos con cebolla y otros sin ella. Y la falta de aceite de girasol en algunos establecimientos levanta la voz de alarma. ¿Subirá este manjar de precio?
“Si el aceite de girasol sube de precio, yo tendré que subir el coste del pincho de tortilla”, nos adelanta ya Paz Corral, propietaria y cocinera de la cafetería Pizcueta 14, en Valencia. Ella sabe de lo que habla. Hace una de las mejores tortillas de patatas de España.
Casi un euro más por una garrafa de aceite de girasol
Al local de Corral llegan comensales desde todos los rincones del país. Viajan en coche desde Murcia y compran billetes de ida y vuelta desde Madrid. Todo para comer un pincho de su afamada tortilla “estilo gallego”: poco cuajada y con huevos camperos que le traen directamente del huerto.
Su fama nació con el XIV Campeonato de España de Tortilla de Patatas Trofeo Tescoma. Corral quedó finalista y se convirtió en una leyenda en la ciudad del Turia. Su pincho de tortilla cuesta 4 euros. “Y ya tengo el precio muy ajustado, no tengo mucho margen de maniobra”, lamenta Corral, quien detalla a Consumidor Global quela semana pasada compró por 2 euros una garrafa de 8 litros de aceite de girasol, que ahora le cuesta 2,80 euros. “Ha subido casi un euro en una semana”, matiza.
Buscar más de un proveedor ante el racionamiento
Durante la campaña 2020-2021 España importó el 62 % del aceite de girasol de Ucrania. Con esta cifra sobre la mesa, la preocupación de la industria alimentaria y la restauración nacional crece a medida que los días pasan.
“La incertidumbre aumenta. Esta semana aún no se ha notado, pero si esto va para largo habrá que subir el precio”, añade Jose Luis Valerio, dueño del restaurante Belatz Gorri en Urduña, y que ostenta el título de la mejor tortilla de Vizcaya. Aparte de tener un mayor coste, ahora la compra de aceite de girasol también está sujeta a un racionamiento. Como explica Corral, “antes tenía sólo un proveedor, pero esta semana ya me he tenido que buscar un par más porque el de siempre no me podía vender todo el aceite que necesitaba”.
Cansados de los problemas de abastecimiento por el conflicto
Muchos bares y locales con los que ha contactado el equipo de Consumidor Global, conocidos por sus tortillas, aseguran haberse preparado bien y tener previsiones de aceite. No por la guerra de Ucrania, en concreto, sino porque “siempre se compra más cantidad de la que se necesita en una semana”, por precaución, explican desde el restaurante Lorea de Alicante.
Sin embargo, han sido pocos los que han querido opinar o hacer declaraciones sobre las consecuencias del conflicto bélico en el consumo. “Ya tenemos suficiente bombardeo informativo, la gente está triste, no tenemos nada que opinar sobre el aceite de girasol”, contesta uno de los camareros del Mesón O Pote, en A Coruña, antes de colgar el teléfono.