Para hacer pan sólo se necesita harina, agua, sal y levadura. Sin embargo, la gran mayoría de los panes de molde contienen propionato, un conservante con el código E-280 a E-283 que se utiliza en numerosos productos envasados de panadería para evitar la aparición de bacterias y moho.
Mientras, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) lo considera un compuesto químico inofensivo, existen varios estudios que apuntan que el propionato podría aumentar el riesgo de padecer diabetes y obesidad.
Enfermedades
Este compuesto químico para evitar el moho en los panes de molde hace que aumenten los niveles de varias hormonas que guardan relación con el sobrepeso y la obesidad, concluye una investigación conjunta de la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan, el Hospital Bringham and Women’s y el Centro Médico Sheba de Israel publicada en la revista Science Traslacional Medicine.
Los investigadores de Harvard administraron una dosis de propionato “equivalente a la consumida por los humanos” a ratones y el resultado fue un aumento en la producción de glucosa que provocó hiperglucemia, un rasgo característico de la diabetes.
Conclusiones
Los investigadores también hicieron un estudio con humanos a los que ofrecieron placebo y comida con un gramo de propionato. Al controlar la sangre de los que habían ingerido el conservante apreciaron que, al igual que en los ratones, aumentaron los niveles de norepinefrina, glucagón y FABP4, subieron de peso y su resistencia a la insulina creció.
Así pues, el estudio concluye que el propionato puede aumentar el riesgo de padecer obesidad y diabetes porque actúa como un “disruptor metabólico” (endocrino). Por este motivo, el propionato sigue bajo estudio y se buscan alternativas potenciales que resulten más seguras.