No solo toca hacer cambio de armario, también es necesario repensar despensas y neveras para dar la bienvenida a las legumbres, los frutos secos y las hortalizas de temporada, entre otros nutrientes necesarios para proteger el sistema inmunitario con el cambio de estación y la consecuente bajada de temperaturas.
Una alimentación saludable y sostenible está estrechamente ligada a los productos de temporada. Pero ¿cómo se pueden identificar estos alimentos que ayudan a combatir el frío y aportan beneficios al organismo? La nutricionista Natalia Ramos ofrece las claves.
Legumbres y hortalizas
Aunque con el hummus los garbanzos han ganado frecuencia en la mesa, existen una gran variedad de legumbres para afrontar la llegada del frío, como unas lentejas, un buen cocido o unas judías blancas con acelgas. Son una fuente de proteína y fibra, lo que las convierte en un alimento perfecto para aportar energía y nutrientes, además de hierro, un mineral vital para el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
Con un sabor suave, la calabaza destaca por su versatilidad y se puede incluir en multitud de recetas, tanto saladas como dulces. Además, es una hortaliza rica en vitamina C que contribuye al metabolismo normal del hierro. Por otro lado, el calabacín tiene un alto contenido en agua y un bajo aporte de calorías e hidratos de carbono que lo convierten en el acompañante ideal para cualquier plato.
Otras ‘plantas’ otoñales
Tanto setas como hongos son uno de los productos estrella de la temporada. Son bajos en calorías y ricos en minerales como potasio o selenio y en vitamina B3.
La alcachofa es una verdura típica del otoño que, además de muy apreciada en la cocina, es baja en calorías y muy rica en fibra. Se puede preparar de multitud de maneras distintas y encaja con todo tipo de ingredientes. Los espárragos trigueros son otro alimento ideal gracias a sus propiedades diuréticas. También la "prima lejana" de la patata, más conocida como boniato, aunque poco instaurado la despensa de los españoles, es un alimento perfecto para las guarniciones de los platos otoñales, y, además de delicioso, es rico en vitamina A, C y E.
Frutas y frutos
La granada es bonita por fuera y preciosa por dentro, pues se trata de una de las frutas que aportan una mayor cantidad de vitamina C, que ayuda a proteger las células frente al daño oxidativo y es fuente de fibra.
Sí, tienen un gran aporte calórico y no conviene abusar de ellos, pero los frutos secos --castañas, nueces, almendras, anacardos, etc-- son algo que no debe faltar en cualquier dieta, por la cantidad de hierro, fósforo, vitaminas y nutrientes que aportan al organismo.
Pescado azul
Este alimento es uno de los platos principales en cualquier época del año gracias a sus proteínas de alta calidad y al omega 3 que aporta.
El salmón, la sardina, el bonito y el atún, entre otros, mantienen los huesos fuertes y contienen multitud de antioxidantes, además de contribuir al buen funcionamiento del sistema nervioso.