La cadena de comida rápida McDonald’s ya tiene su póquer dulce. Tras el de Oreo, KitKat y M&M’s con cacahuete, este verano ha lanzado, en colaboración con Grupo Bimbo, el nuevo McFlurry de Donettes, un postre tan esperado por algunos consumidores como temido por los nutricionistas, que se puede comprar en cualquiera de sus establecimientos propios y franquicias por 3,41 euros.
“¿Quién dijo que no se podían crear nuevas formas para disfrutar de tus Donettes favoritos?”, se puede leer en la descripción del producto que hace McDonald’s en su página web. Sin embargo, a muchos clientes de la cadena de hamburguesas no les convence la novedosa mezcla, mientras que los expertos en nutrición recuerdan que no existe ninguna forma saludable de comerse ni un McFlurry ni unos Donettes. “Es un ultraprocesado al cuadrado”, resume la tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles.
“¡Infórmate y no querrás probarlo!”
¿Qué le aconsejaría un nutricionista a un consumidor que acude a McDonald’s y se pide una hamburguesa, unas patatas fritas, una Coca-Cola y un McFlurry de Donettes de postre? “Le diría que no vaya a McDonald’s porque ninguna de las opciones que va a encontrar allí es buena”, expone el profesor de nutrición de la Universidad San Jorge de Zaragoza Juan Revenga.
Y si el consumidor aún así acude a uno de sus locales a pedir el nuevo McFlurry, “le aconsejaría que se informe de lo que está comiendo, de lo que está dejando de comer (efecto desplazamiento), y del impacto que tiene sobre la salud”, insiste el experto, quien añade que, “si sabes lo que lleva, no necesitas ni querrás probarlo”.
El McFlurry de Donettes y su composición
Al echar un vistazo rápido a la tabla nutricional, el consumidor se percata de que el nuevo McFlurry contiene un 25% de azúcar, entre otros ingredientes poco deseables. Más allá de la leche 100% asturiana, los trozos de Donettes recubiertos con chocolate y sirope Donettes, McDonald’s no especifica el resto de ingredientes.
“Pero sabemos que los Donettes tienen un alto contenido en grasas vegetales de palma, Palmiste y otras grasas que no son de buena calidad”, detalla Robles, quien explica que se trata de un producto en el que lo único bueno, nutricionalmente hablando, es que no lleva a engaño: “Es un helado de Donettes…”.
Los consumidores opinan
“Lo vi anunciado y hace días que quería probarlo. Mmm… sabe mucho a Donettes. En el de M&M’s y en el de Oreo lo deduces, pero aquí se nota mucho. Está más logrado”, opina Jorge C. en la puerta del McDonald’s de Paseo de Gracia (Barcelona). Sin embargo, a medida que se come el nuevo McFlurry, cambia de opinión. “El problema que veo es que los pedazos de Donette, mezclados con el McFlurry, adoptan la textura de un chuche, es como si fuera una nube”, añade.
Asimismo, otros golosos comparten el disgusto de Jorge C. con la mezcla McFlurry-Donette. “No me convence. El sabor del Donette no casa con el del McFlurry”, apunta Darío C. “Sabe a plástico”, critica una clienta de McDonald’s aficionada a los dulces.
Un producto de consumo excepcional
“El peligro está en el consumo que hagamos de este tipo de productos”, advierte Robles, quien aconseja acudir a este tipo de establecimientos de comida rápida de manera excepcional.
“Si deciden ir, que no sea más de dos veces al año”, aconseja Revenga, quien explica que comer de forma saludable es tan gratificante como hacerlo en un McDonald's.