Cualquier festividad tiene sus dulces y postres tradicionales. Así, en Semana Santa se ha vuelto casi una obligación comer torrijas, chocolates y monas de Pascua. De hecho, este último dulce está en pleno auge y no sólo en las regiones en las que cuenta con mayor arraigo --Cataluña, Comunitat Valenciana y Murcia--. La mona más tradicional es un pan dulce esponjoso, coronado con azúcar y con un huevo cocido en el centro. Pero, hoy en día, están de moda otras variedades, como las de chocolate.
Sin embargo, las pastelerías, habituadas a hacer el agosto en estas fechas, notaron una bajada de la demanda y ventas en 2020 por culpa de la pandemia. Pero, este 2021 parece que estos dulces se han vuelto inmunes al virus y han experimentado un nuevo empuje. En este sentido, la venta online ha ayudado a muchos pasteleros y chocolateros a reflotar sus negocios e impulsar los pedidos.
Una tradición sin freno
El pasado año, la producción de este tipo de dulces, en la mayoría de los casos, fue menor. Según detallan fuentes de la pastelería Escribà de Barcelona a Consumidor Global, durante el confinamiento no detuvieron la elaboración de monas, pero sí hicieron menos cantidad que en otros años. Además, algunos establecimientos, como Saint Honoré y la chocolatería Chocolat Factory, también en la capital catalana, elaboraron y vendieron monas más pequeñas, cuyo coste también era más reducido. No obstante, el reparto a domicilio ayudó al este sector y mitigó los estragos de la crisis sanitaria.
Este año, por otro lado, parece que las previsiones son mejores. “Hemos tenido muchas reservas en los últimos días. Incluso se nos han agotado algunos modelos de monas”, explican desde Chocolat Factory a este medio. Y en la misma línea se pronuncia Escribà, que ya lleva vendido un 20 % más que el pasado año.
El éxito perenne del chocolate
Desde hace unos años, las monas de chocolate han tomado la delantera y tienen mucho éxito, sobre todo entre los más pequeños. “El chocolate todavía es uno de los productos más consumidos en estas fechas”, explica José Fernández, maestro pastelero de la pastelería Nunos de Madrid. De hecho, algunas bombonerías, como la madrileña Villagarcía, llevan ya semanas vendiendo monas de chocolate y han empezado a quedarse sin unidades.
Como de costumbre, las figuras de personajes de dibujos animados, de animales y de superhéroes han sido las más solicitadas por los clientes. “Tienen tanto éxito porque es un dulce destinado para los niños que siempre se va a regalar”, cuenta Iván Pascual, de Origen Bean to Bar Lleida, quien asegura que este año los clientes eligen más calidad y menos cantidad. “Los que no son tan pequeños se conforman con la mona clásica que se vende más, sobre todo, el lunes de Pascua”, matizan desde Chocolat Factory.
Salto a otras ciudades y zonas
Reunirse con la familia y que el padrino regale una mona de Pascua a su ahijado es una costumbre en algunas zonas de España. “No es una tradición que se pierda, pero los pasteleros nos adaptamos a las nuevas tendencias y modas, formas, técnicas y gustos”, matiza Fernández, de Nunos.
De hecho, esta bonita acción ya se ha trasladado a otros puntos del país. “Muchos de nuestros clientes vienen a ver a la familia que vive en Madrid y encargan una mona para regalar”, detalla Fernández. Así, pese a los tiempos difíciles que vive la sociedad española hoy en día hay cosas que, por suerte, no cambian, sino que, además, toman fuerza y se expanden. Las monas parece que ya se han vacunado de Covid y no hay virus que pueda con ellas.