No sólo las estrellas Michelín o los restaurantes de alta cocina merecen el reconocimiento del público. Esos lugares típicos a los que se va a disfrutar de un almuerzo o un par de copas y de los que se sale con una sonrisa y el estómago lleno, también forman parte del gozo de la gastronomía nacional. Por ello, la guía Repsol de este año ha creado un nuevo galardón para estas estrellas del boca a boca: el solete.
Este sello se ha repartido desde el martes 29 de junio a 1.000 establecimientos de toda la geografía española divididos en seis grupos: cafeterías y heladerías, bares, bodegas, comida rápida saludable o fast good, restaurantes y por último, terrazas y chiringuitos.
Calidad y precio
El solete busca reconocer la labor de todos estos locales pequeños y reconocidos por sus clientes en tanto a la calidad de sus productos como al coste de cada comanda. Así en esta lista se mezclan tascas centenarias de las principales capitales con bares de pueblo, chiringuitos de playa con vistas que dejan sin aliento o pequeños negocios rurales.
Como no podía ser de otra forma, la especialidad también ha sido uno de los baremos usados para entrar en esta selección. Desde la maestría de tirar una caña al dominio de un producto en concreto, como las tortillas de La Ardosa en Malasaña, los pinchos de champiñones de El Soriano en Logroño o la receta tradicional de la bebida italiana en V de Vermut de Barcelona.
Éxitos populares
El reconocimiento a los clásicos se ha maridado con la recomendación de locales innovadores. Un ejemplo es El Tap en Barcelona, un espacio que recoge las últimas tendencias de la cerveza artesana nacional e internacional con algunas de las tapas más premiadas de la zona, como su versión de las patatas bravas. Lo mismo ocurre con heladerías como Rocambolesc, donde el chef Jordi Roca fusiona sabores y texturas viejas y nuevas en sus centros repartidos entre la capital catalana y Girona.
Otros establecimientos basados en la tradición como la Horchatería Vida en Alboraya, donde la bebida de chufa y sus fartons siguen llenando sus salones para vecinos y turistas a unos minutos del puerto de Port Saplaya también han encontrado su hueco en esta lista. Y no sólo para los foodies, ya que sitios como el bar Casa Miguel de Huelva donde los arroces y las frituras andaluzas por precios populares también han sido galardonados por su servicio a la comunidad y el cuidado de la gastronomía local.