El chef Dani García, el cantante Mario Vaquerizo, la actriz Nuria Roca y el youtuber Perxitaa tienen, a priori, pocas cosas en común. Sí tienen la atención de mucha gente y una gran capacidad comunicativa. Por eso, estos cuatro fantásticos conforman la improbable alianza destinada a hacerle la pelota a McDonald’s. El gigante del fast food lanzó en 2020 el proyecto Big Good, que pretendía mostrar a los consumidores la excelente relación de la empresa con el campo español. Ahora, la compañía ha decidido dar un paso más y sacar una serie de tres capítulos en Atresmedia en la que recorre varios puntos de la geografía española para ensalzar las virtudes de sus productos y su feeling con el campo, con lo auténtico, con lo de toda la vida. “Porque sus historias son nuestras historias y su campo, nuestra despensa”, afirman.
¿Qué historias? No unas, desde luego, que traten de explotación laboral u obesidad. La cadena de restauración saca pecho y defiende que más del 70 % de su “cesta de la compra” proviene de alimentos de origen nacional. Sin embargo, no todos comparten esta visión dulcificada. El pasado mes de mayo, un ciudadano neoyorkino demandó a McDonald’s por la diferencia entre el apetecible aspecto de sus hamburguesas y el decepcionante resultado final, y en este caso, parece que también hay verdades a medias y cierta distancia entre el marketing y la realidad.
Lechuga soriana
Muchas de las lechugas que McDonald’s sirve en sus hamburguesas en España provienen de una explotación de Soria. Consumidor Global ha preguntado por el asunto a la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de esta provincia castellanoleonesa, desde donde valoran positivamente su vínculo con la empresa, pero sin querer entrar en detalles. “La única relación que tenemos es la que mencionas, y nos parece fenomenal. Ojalá todo fuera local. Hay gente a la que le gusta ir a McDonald’s, y me alegro de que tengamos productos que son tratados con esmero que sean capaces de cumplir con los estándares que exige McDonald’s”, detallan desde la asociación, en un tono más bien indolente.
Además, desde Asaja Soria dicen que las empresas sorianas que producen la lechuga “no son macroexplotaciones”. Pero eso no significa que McDonald’s sea una compañía que premie a los pequeños. Es mucho más complejo: desde la finca soriana de Olmedillos donde se cultiva la lechuga, esta verdura pasa a las manos de Florette (sí, el de las ensaladas) que es proveedor directo de McDonald’s. Según Navarra Capital, Florette es una empresa que emplea a 1.800 trabajadores que facturó 200 millones de euros en 2021. No son cifras, precisamente, propias de pequeños agricultores.
McDonald’s exagera con los frescos
En su spot, McDonald’s llega a decir que "todos nuestros ingredientes son tan frescos como los que podrías cocinar en tu casa o encontrar a primera hora en el mercado". Es una afirmación a medio camino entre la exageración y la falsedad. Al respecto, Isabel Fernández, portavoz de Ecologistas en Acción, indica que hay matices. Muchos matices. “Una multinacional de comida rápida de este tipo tendrá miles de proveedores. El hecho de insinuar cercanía o sostenibilidad puede ser un poco engañoso. Esta compañía tiene sus centrales, donde transforma sus alimentos, y desde allí los distribuye a los diferentes restaurantes. No es que al McDonald’s de tu calle llegue la carne fresca cortada el día anterior. Viene de fábricas de carne”, explica esta activista.
Algo más comedidos se muestran desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Esta asociación traslada a Consumidor Global su alegría porque “grandes marcas y multinacionales fijen su mirada y sus campañas en el campo y en el medio rural”. Ahora bien, creen que más importante que las campañas son las acciones y las estrategias de actuación. “Empresas como McDonald’s son expertas en trasladar los mensajes que el consumidor quiere ver y escuchar, y su campaña se centra en los valores positivos de la agricultura y la ganadería familiar para así posicionar mejor sus productos. Que son valores reales, de personas que viven y trabajan de forma sostenible en el medio rural español, y que afrontan grandes dificultades para sacar adelante sus explotaciones y sus proyectos de vida”, aseveran.
“No es saludable para el planeta ni para los ciudadanos”
En la declaración de UPA también es importante lo que no se dice, lo que queda sugerido. Estos agricultores opinan que campañas de este tipo serán siempre positivas si son “veraces y no engañosas” y si van unidas “a un verdadero compromiso con los agricultores y ganaderos familiares de España, a un pago de precios justos en origen para los alimentos que permitan el desarrollo del sector primario y a un respeto a los consumidores”. En definitiva, cuestiones que ellos han defendido durante tres décadas: agricultura y ganadería familiar como el modelo más deseable. Por otra parte, desde esta entidad también hacen referencia, sin entrar en detalles, en la importancia de “una nutrición saludable”.
Isabel Fernández se muestra contundente y explica que, con su modelo, lo que hace McDonald’s es “contribuir al calentamiento global y a la deforestación mundial”. Si uno de los capítulos se hubiese grabado en el Amazonas y no en San Esteban de Gormaz o en Santibáñez el Alto, el panorama sería bastante más desolador, pero ayudaría a hacerse una idea más exacta de la situación. La experta de Ecologistas explica que esta selva brasileña está siendo arrasada para destinar las tierras a la producción de una soja que, a su vez, se transforma en el pienso que comerán los millones de animales que conforman la industria de la ganadería intensiva. “No es saludable ni para el planeta ni para los ciudadanos”, apostilla Fernández.
Bienestar animal
En uno de los capítulos, un muy perspicaz Vaquerizo deleita a la audiencia nadando en un pantano cacereño que le transmite “mucha paz” y suelta cosas como “se nota la buena carne, ¿eh?” o “cómo se nota la calidad”. Recientemente, un informe llevado a cabo por la organización internacional World Animal Protection en colaboración con Igualdad Animal reveló que los niveles de bienestar de los pollos en McDonald's eran muy bajos. “McDonald’s no vende filetes. Vende carne procesada de una manera industrial”, asegura Fernández.
Además, según datos de Greenpeace, entre 2004 y 2016 el número de pequeñas y medianas granjas se redujo en España un 27 % por culpa de las macrogranjas, que, a su vez, no generan mucho empleo porque mecanizan todos los procesos. “El pequeño y mediano ganadero desaparece porque no es capaz de competir”, asegura Fernández. Por si fuera poco, estas “fábricas de carne” generan nitratos que contaminan el agua que después llega a los ecosistemas. “No es un modelo beneficioso para el campo español”, zanja Fernández. Este medio ha interpelado a McDonald’s sobre estas cuestiones pero, al término de este reportaje, no ha obtenido respuesta.