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El lobby de cerveceros, detrás del estudio del CSIC que defiende el consumo de alcohol
Los científicos desmienten las conclusiones de la reciente investigación que atribuye beneficios para la salud al consumo moderado de cerveza y que está subvencionada por la propia industria
Los creadores de ”una copa de vino al día es buena para la salud” han lanzado esta semana una secuela con la cerveza como protagonista, y todos los medios la han promocionado de forma gratuita en busca del clic. La esperada noticia sobre el consumo de cerveza: no engorda y reduce la mortalidad, El CSIC defiende que una o dos cervezas al día son saludables o Los beneficios del consumo moderado de cerveza son sólo algunos de los centenares de titulares que han copado la prensa. Pero, ¿alguien ha leído la letra pequeña?
El estudio en cuestión, que no es un estudio, sino una revisión de otras investigaciones, estima que dos o tres cervezas al día para ellos (28 gramos de alcohol, 700 mililitros) y una o dos cervezas al día para ellas (16 gramos, 400 mililitros) es un consumo moderado y saludable. Unas afirmaciones que promueven la ingesta de alcohol, cuyo uso nocivo causa al año más de tres millones de muertes en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La pregunta es: ¿quién está detrás de esta revisión de estudios? Sigue el rastro del dinero…
Conflicto de intereses
La investigación, que lleva por título Consumo moderado de cerveza y sus efectos sobre la salud cardiovascular y metabólica: una revisión actualizada de la evidencia científica reciente y se ha publicado en la revista Nutrients, la avalan el Instituto de Ciencia, Tecnología y Nutrición de los Alimentos (Ictan), que depende del CSIC, el Departamento de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona y el Instituto de Salud Carlos III, entre otros.
La sorpresa llega en el penúltimo apartado de la publicación, en el punto Conflicto de intereses, que figura en una letra casi diminuta. Allí, como en cualquier revista científica seria, figuran las entidades que han subvencionado y financiado el estudio: Cerveza y Salud (España), Cerveceros de Europa (Bélgica), Fundación Dieta Mediterránea (España), Fundación Cerveza y Salud (España), Wine and Culinary International (España) y la farmacéutica Novartis, entre otras empresas. “Está plagado de empresas relacionadas con la producción y el consumo de cerveza”, apunta Beatriz Robles, doctora en ciencia y tecnología de los alimentos especializada en seguridad alimentaria, quien explica que la Fundación Cerveza y Salud, por ejemplo, “parece una fundación, pero es una entidad formada por los cerveceros. Su patronato es la industria cervecera”. En la misma línea, Óscar Huertas Rosales, bioquímico y divulgador científico en Laniakea, critica que “no puedes coger sólo una serie de artículos afines. Mira los efectos tóxicos en el cerebro y en el hígado, por ejemplo. Es un publirreportaje peligroso”, opina.
Cualquier consumo de alcohol es perjudicial
Mientras el CSIC defiende que el consumo moderado de cerveza es saludable, la OMS lleva años repitiendo una misma premisa: “alcohol, cuanto menos, mejor”. Al mismo tiempo, el Ministerio de Sanidad de España recuerda una y otra vez que “cualquier consumo de alcohol implica un riesgo para la salud” y que “no consumir es lo único que evita sus efectos perjudiciales”.
Los expertos, como es lógico, coinciden con la OMS, Sanidad y el sentido común. “No hay una cantidad de alcohol saludable. Es tóxico y promover su consumo con cualquier otra frase es mentir”, apunta Huertas. “Tanto el Ministerio de Sanidad como la OMS llevan muchos años diciéndolo, pero no me cansaré de repetirlo. Cero. El único consumo de alcohol seguro es el consumo cero”, insiste Robles, quien explica que basándose en la evidencia científica ningún profesional médico debe aconsejar su consumo para mejorar la salud.
Toxicidad etílica y enfermedades relacionadas
Hacer una hora de deporte al día, alimentarse bien y beber agua forman parte un estilo de vida saludable. “Beber cerveza o vino, aunque sea de forma muy moderada, lleva implícita la ingesta de etanol, por lo que es tóxico y puede tener efectos nocivos en el hígado”, explica Huertas. Lo cierto es que para hacer alcohol se utilizan levaduras que cogen la glucosa y la transforman en etanol y dióxido de carbono. “El alcohol que encontramos en cualquier bebida es etanol, que por sí mismo es tóxico a muchos niveles. Tiene esa toxicidad aguda a través del sistema nervioso, y a medio y largo plazo por procesos en el hígado”, explica Robles.
Mareos, ardor de estómago, diarreas y malestar general son los efectos inmediatos de una ingesta excesiva de alcohol. Desde un punto de vista crónico puede provocar problemas hepáticos graves y “cáncer de boca, esófago, garganta (faringe y laringe), hígado, intestino grueso (colon y recto) y mama”, según se puede leer en el Código Europeo contra el Cáncer.
Una creencia popular peligrosa
Lamentablemente, se ha instaurado la creencia popular de que consumir alcohol de manera moderada es saludable. “No es sólo por este estudio. Este es una gotita más. Es un mensaje que se perpetúa a pesar de la evidencia científica. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria sigue incluyendo las bebidas alcohólicas en su pirámide nutricional. Siempre hay que mirar quiénes son los patronos”, advierte Robles.
Se podría decir que es lo que los psicólogos llaman “ilusión de verdad”, o, lo que es lo mismo, “repite una mentira de forma adecuada mil veces y se convierte en verdad”. “Lo intentaron durante mucho tiempo con la copita de vino y ahora lo intentan con la cerveza, pero el etanol sigue y seguirá ahí”, sentencia Huertas.
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