El limón europeo cultivado en España goza de buena salud, demostrando una gran resiliencia a lo largo de la campaña 2021/22, que acaba de finalizar. Y es que, ni el incremento de la competencia con el limón extracomunitario ni la fuerte inflación han podido con este cítrico producido principalmente en los campos de Murcia, Alicante y Andalucía, dado que ha terminado su periodo de recolección con “un balance positivo”.
Así lo dicen los datos la Asociación Interprofesional de Limón y Pomelo de España (Ailimpo), que ha destacado que ha aumentado su consumo en los países europeos. Alemania, Francia y Reino Unido han continuado como los principales mercados para el limón español. No obstante, en Francia se ha registrado un incremento del 4,3% interanual experimentado por Francia, al adquirir 77.087 toneladas hasta el mes de marzo de 2022, según el ICEX. También el conseguido por Chequia, al pasar de 10.806 toneladas exportadas en el mismo periodo de la campaña anterior a 15.652 toneladas de la actual.
España ha producido unas 990.000 toneladas de limón
Por tanto, desde Ailimpo ponen en valor la confirmación de que el consumo de limón en Europa está activo, donde la media se sitúa en unos 1,96 kg per cápita al año en los hogares, según Eurostat. De hecho, este escenario se ha reforzado con el efecto del limón ecológico, que ya supone un porcentaje considerable del volumen y aún mayor del valor.
En total, España ha producido unas 990.000 toneladas de limón durante esta campaña, de las que el 80 % han pertenecido a la variedad Fino o Primofiori, mientras que el 20 % restante ha correspondido a Verna. El dato supone un descenso del 4 % frente a la temporada anterior, merma causada por las condiciones climatológicas adversas de 2021 -frío, viento y lluvias- que influyeron en la floración y el cuaje de algunas áreas de cultivo.
Poco apoyo externo
“Teniendo en cuenta un contexto tan complejo como el presente, los precios en origen han sido estables y superiores a los costes de producción”, resaltan desde Ailimpo. Y eso que la guerra entre Rusia y Ucrania ha incidido en la comercialización del producto, sobre todo en el este y centro de Europa, ya que Turquía ha desviado volúmenes a ambas zonas que antes dirigía a los países en conflicto, buscando mayor seguridad en los pagos.
Sin embargo, la asociación sí que ha echado en falta más apoyo externo, al no conseguir trasladar al mercado de venta el incremento de los costes, no solo de la fruta sino de la energía, materiales, envases, transporte, etc. que ha afectado tanto a la producción en el campo como a la recolección y la confección en los almacenes. “Producimos un producto sostenible que fija carbono, con una huella hídrica reducida, con los mayores estándares de calidad y con la capacidad de llegar a cualquier lineal de Europa en 48 horas”, finalizan.