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El konjac: un imitador de la pasta sin valor nutricional que sólo engaña al estómago
Aunque este alimento se ha popularizado para perder peso, los expertos en nutrición no lo recomiendan para llevar a cabo una dieta sana y equilibrada
Cada cierto tiempo surgen nuevas estrellas dentro del panorama de los alimentos saludables o recomendables para adelgazar. Hace unos años fueron, por ejemplo, las bayas de goji, y, en estos momentos, el que está en la cresta de la ola es el konjac, un tubérculo de origen asiático muy demandado por aquellos que quieren perder peso. Entre sus atractivos destaca su bajo aporte calórico --casi nulo-- y que con él se pueden hacer recetas similares a las de algunos tipos de pasta, como los espaguetis, en las que estos últimos se sustituyen por este alimento milagro.
Dada su popularidad, cada vez más influencers vinculados al mundo de la salud, el deporte y el estilo de vida publican en sus redes sociales diferentes platos en los que el protagonista es el konjac o vídeos en los que se alaban sus propiedades. Sin embargo, los expertos consultados por Consumidor Global no dan pábulo a ese tipo de afirmaciones: “No aporta apenas nada en el tratamiento de la obesidad”, asegura Jesús Román, presidente del comité científico de la Sociedad Española de Ciencias de la Alimentación (Sedca).
Capacidad saciante
“Se trata de un producto rico en un tipo de fibra vegetal soluble --en concreto, el glucomanano-- que con la ingesta de agua produce un incremento de la saciedad”, añade Román. En ese sentido, el konjac, debido a su excepcional capacidad para absorber agua, se hincha en el estómago y actúa como una especie de “balón gástrico”, que es lo que provoca esa sensación de estar lleno, asegura Jorge Jaldón, especialista en Nutrición y Dietética y licenciado en Ciencia y Tecnología de los alimentos.
Sin embargo, el problema es que el cuerpo no tarda demasiado en detectar ese engaño y al poco tiempo el consumidor volverá a tener sensación de hambre y, además, le faltarán los nutrientes de una comida equilibrada, subraya este experto. En ese sentido, otro de los inconvenientes que le encuentra Jaldón a incluir este producto en un proceso de adelgazamiento es que apenas tiene sabor, por lo que para consumirlo se suele recurrir a diferentes aderezos, como salsas o condimentos, que pueden contrarrestar las ventajas de sus pocas calorías. De hecho, debido a su parecido con la pasta, una de las formas más habituales de consumir konjac en España es como si fueran noodles o en un intento de imitar a los espaguetis. Así, mientras 100 gramos de pasta contienen unas 400 kilocalorías, el tubérculo asiático sólo tiene seis.
Riesgo de asfixia y problemas gastrointestinales
A pesar de que el konjac ha llegado a las cocinas españolas hace poco, lo cierto es que la fibra principal que contiene lleva años en las farmacias como complemento alimenticio. De hecho, la Autoridad Europea sobre Seguridad Alimentaria (EFSA) reconoce que “el glucomanano ayuda a adelgazar cuando se sigue una dieta baja en calorías”. Sin embargo, se alerta de la necesidad de tomar ciertas cautelas en su consumo. Así, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) recomienda tomar el producto con mucha agua para asegurar que la sustancia llega al estómago y, además, obliga a incluir en los envases de este tipo de complementos alimenticios una advertencia sobre el “peligro de asfixia para personas con problemas de deglución".
A pesar de que esta recomendación es para el complemento alimenticio, la doctora especialista en nutrición Ana Luzón señala que cuando se consuma konjac en platos en los que imite a la pasta se deben seguir las mismas precauciones. “Como tiene tanta capacidad para absorber agua, hay que tener cuidado porque hay personas que se tragan de golpe un gran bolo alimenticio y se llenan la boca. Eso puede producir que al intentar tragarlo se hinche y se les quede atascado y se asfixien”, advierte. Por otro lado, Jaldón señala que el konjac puede provocar problemas gastrointestinales, como diarrea o estreñimiento, debido a esa “absorción exagerada de agua”. Con todo, Luzón considera que en un proceso de adelgazamiento “es mucho más interesante tomar otro tipo de vegetales que sí que aportan más nutrientes” y recalca que la capacidad saciante de éstos también es muy grande. “El konjac es una de estas modas que surgen, pero hay miles de productos que tienen más gracia. Creo que tienen tanto bombo por el hecho de que parece una pasta, pero hay que tener cuidado a la hora de consumirlo”, insiste.
¿Cómo se consume en Japón?
Al contrario que en España, el konjac forma parte de la cocina tradicional japonesa, afirma Guillermo González, un chef madrileño afincado en Tokyo que también ejerce como profesor de gastronomía mediterránea en la escuela Nihonbashi Atelier. Sobre este producto, asegura que en el país nipón se consume de muchas formas debido a que su capacidad de absorción de agua le confiere también la posibilidad de captar mucho sabor de otros alimentos en platos como, por ejemplo, caldos. “No es como la pasta, que si la cueces demasiado te cargas su textura. El konjac no la pierde y en muchas recetas también se utiliza por eso. Es un gran producto”, defiende.
En relación a los problemas gastrointestinales que puede producir este alimento, señala que en Japón la visión del konjac es, de hecho, la de un plato que sienta bien al estómago. En ese sentido, el cocinero madrileño matiza que, aunque es habitual que la gente consuma cada semana este producto, la verdad es que las raciones que se suelen comer allí son más bien pequeñas.
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