Parecen, pero no lo son. Rojas, aunque sin sangre, pringosas, pero no grasientas, también gruesas, pero sin tanta consistencia. A la plancha quedan bien, pueden hacerse a la parrilla y si se prefiere se pueden combinar con otros ingredientes como las auténticas burgers. Pero hamburguesas no son. O al menos no para todos.
Hablamos de las alternativas veganas hiperrealistas que conquistan el supermercado. Hasta ahora, la única alternativa vegetal a este icónico plato eran unos discos de lentejas, tofu o seitán. Pero el auge del flexitarianismo –el vegetariano flexible que consume carne de manera esporádica– ha hecho que cada vez más las empresas tengan hambre por imitar la carne con vegetales. Es el caso de Beyond Meat, Heura o Garden Gourmet. No obstante, otras como Biogran, que llevan más de 40 años en el sector, se han sumado al carro de las fake hamburguesas para competir contra estas nuevas firmas. Su producto cuesta 3,25 euros, está hecho de proteína de guisante, tiene una apariencia muy parecida a la carne y, además, es ecológico.
El sello ecológico
El sello ecológico determina que una empresa cumple con unos estándares de producción sostenibles durante todo el proceso de cultivo, procesado, packaging, almacenaje y distribución. “Para nosotros que fuera ecológica era casi una obligación. Nuestra empresa confía en estos distintivos, cuidamos el medioambiente, estamos comprometidos con la salud de las personas y tenemos productores locales”, explica Laura Frontelo, responsable de diseño y comunicación de la marca.
De hecho, la de Biogran es la primera con esta certificación en el mercado. Otras empresas, como Heura incorporan el certificado B-Corp, que también reconoce las buenas prácticas medioambientales de una empresa. No obstante, Celia Ojeda, Doctora en biología por la Universidad de Alicante y portavoz de Greenpeace, considera que esta distinción “no es tan sólida como la ecológica, caduca cada tres años y, aunque muchas de las empresas que la poseen lo cumplen, hay otras tantas que no”. Aun así, Ojeda matiza “que todas las certificaciones tienen un doble rasero y la ecológica también”. Según la portavoz de Greenpeace se puede confiar en este sello, pero en productos como las burger “nunca se sabe si son 100 % ecológicas o sólo algunos de sus ingredientes”.
La hamburguesa a examen
Biogran ha lanzado dos hamburguesas hiperrealistas, una con un toque a barbacoa y otra con sabor original. Las dos están hechas con proteínas de guisantes, un aspecto que las diferencia de sus competidores que suelen emplear la soja en este tipo de productos. “Las plantaciones de soja están causando estragos en la Amazonia y la industria alimentaria está abusando de ella. Así que buscamos otro alimento que no fuera tan dañino y que nos sirviera para diferenciarnos de nuestra competencia”, explica Vanesa León nutricionista y asesora técnica de Biogran.
Completan la lista de ingredientes el seitán, el tofu, la remolacha roja, el arroz integral, la proteína de soja texturizada y el aceite de oliva virgen extra. La nutricionista Patricia Ortega, especialista en alimentación vegana y vegetariana, considera que “a pesar de ser un ultraprocesado no está nada mal y tiene unos buenos componentes”. Según la nutricionista, a diferencia de muchos del supermercado “el producto no es alto en sal y tiene una buena cantidad de proteínas”. No obstante, esta especialista señala que la empresa hace demasiada gala de la proteína de guisante en el packaging “y solo tiene un 5 %”.
¿Cómo saben?
Al abrir el paquete, el producto tiene un tacto muy parecido al de una convencional, elaborada con carne. Su cocinado tampoco tiene ningún misterio. Una vez fuera de la sartén –por suerte no se pegan a ella–, los dos sabores que ofrece la compañía pasan el corte, pero sin destacar por su excepcional sabor. La original es más insípida y con un gusto que no destaca por nada en concreto.
Por el contrario, la versión barbacoa es más gustosa en el paladar. Recuerda, con sus matices y diferencias, al jamón, pero no pasará a la historia tampoco por hacer llorar a ningún amante de las hamburguesas de carne, e incluso vegetales. Ambas comparten textura. Con un toque crujiente por fuera y más tiernas en su interior. A su favor destaca, sobre todo, que tienen un buen aroma y un color muy logrado que imita bastante al de la carne.
La más barata de su clase
La de Biogran, además, es una de las más baratas de su clase. El paquete de Beyond Meat cuesta 5,95 euros, el de Garden Gourmet está por 5,35 euros, en tercera posición está el de Heura por 4,55 y el de Gerblé que se vende en los lineales por 3,99 euros.
Así el de Biogran --con un precio de 3,25 euros-- es el más económico de la seción veggie del supermercado.