El café es posiblemente el alimento más global que existen. Al fin y al cabo, es el fiel acompañante matutino para millones de personas en su desayuno diario. Obtenemos el café en su formato bebida a partir de granos tostados y molidos. Cada tipo de grano ofrece una amplia gama de variedades que conforman una experiencia única. Además de considerar el tipo de café, la región y su nivel de madurez, se suelen incorporar ingredientes adicionales. ¿El más común de todos ellos? El azúcar. No obstante, en los últimos días, ha surgido un ingrediente inusual en la preparación del café: la sal.
¿Qué causa el amargor del café?
Para muchas personas, el café es el estimulante ideal gracias a su cafeína, ya que proporciona un arranque energético para el día. Aun así, para algunos, su sabor fuerte resulta poco apetecible, hasta el punto que algunos, pese a que necesitan esa cafeína "para funcionar", prefieren no beber ni un sorbo.
La amargura del café puede surgir por diversas razones, en especial, por errores en su preparación. Pero aunque la elaboración del café sea perfecto, el grado de tostado de los granos puede intensificar su sabor amargo. Este proceso origina compuestos como lactonas de ácido clorogénico y, en tostados más oscuros, fenilindanos, que derivan de la descomposición del ácido clorogénico.
¿Por qué algunos agregan sal al café?
Aunque es común mezclar azúcar o leche al café para reducir el amargor, los expertos señalan que esta práctica altera drásticamente el sabor original y no es aconsejable para la salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar la ingesta de azúcares libres a menos del 10% de las necesidades energéticas diarias. Es más: sugiere que te beneficiarás aún más si reduces la ingesta por debajo del 5%. El consumo excesivo de azúcar puede ocasionar problemas dentales y enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus.
Y ahora viene el giro que ya te debes estar esperando: agregar sal al café puede mejorar notablemente su sabor amargo natural. Este enfoque resulta más efectivo que el azúcar, ya que neutraliza la amargura en lugar de enmascararla con dulzura. De acuerdo con una investigación publicada en la revista Nature, el cloruro de sodio (sal de mesa) tiene la capacidad de atenuar el amargor, permitiendo que otros matices de sabor se destaquen. Esta técnica es aplicable a diversas preparaciones, incluyendo la repostería.
¿Existe una cantidad de sal adecuada para el café?
A pesar de su eficacia para reducir la amargura del café, ¿cuánta sal deberíamos agregar como sustituto del azúcar? La OMS recomienda limitar la ingesta diaria de sal a menos de 5 gramos, lo que equivale a una cucharadita. Esta cantidad debe distribuirse entre todas las comidas diarias, es decir, no nos estamos refiriendo a 5 gramos por comida.
Si decides emplear este método para contrarrestar el amargor del café, se sugiere añadir una pizca de sal y mezclar bien hasta que se disuelva en la bebida. Así, de manera sencilla, podrás disfrutar de un café menos amargo y con las mismas propiedades estimulantes para empezar tu día con energía.