Hola, ¿me puede poner una Coca-Cola?, pregunta un cliente. ¿Le sirve Pepsi?, contesta el camarero. ¿Te sirven billetes del Monopoly? Este chiste que todos han vivido alguna vez en primera persona refleja, en cierto modo, la adicción que puede llegar a generar el consumo habitual de una bebida cargada con 35 gramos de azúcar.
Por este motivo, cada día salen nuevas alternativas mucho más saludables a esta bebida que algunos utilizan para desatascar las tuberías. El ejemplo más reciente es el de Kombucola, de la marca española Flax&Kale, una bebida que quiere aprovechar el boom de la kombucha --sus ventas han aumentado un 257 % este año respecto a 2020-- para competir con otras bebidas, pero cuyas similitudes con la Coca-Cola se limitan a las cuatro últimas letras de su nombre. “Está muy de moda y puede ser interesante por sus probióticos, pero estos también están en otros productos y no hay pruebas de sus beneficios reales”, expone a Consumidor Global Beatriz Robles, doctora en Ciencia y tecnología de los alimentos especializada en seguridad alimentaria.
Una bebida de cola aguada
Tras poco más de un año en el mercado, la gama de kombuchas de Flax&Kale --cuentan con nueve sabores-- “se ha posicionado como la segunda marca más vendida en España, por detrás de Komvida, con un 10 % de cuota de mercado”, explican desde la empresa. En concreto, Kombucola “es una versión refrescante y deliciosa” con sabor a cola y “mucho más saludable” que los refrescos azucarados, añaden. Después de hacer el pedido mínimo de seis Kombucolas a través de la web, pagar 18 euros y esperar tres días, el parecido de esta bebida con la Coca-Cola, en lo que a sabor se refiere, no se presenta a la cata. Sí tiene un regusto a cola, y algunas burbujitas fruto del proceso de fermentación –que no gas carbónico–, pero no deja de ser una bebida aguada bastante insípida.
Si se compara “una bebida insana como la Coca-Cola con otra que tiene muy poco azúcar y un valor calórico muy inferior, lógicamente, sale ganando”, apunta Robles sobre la Kombucola, que se compone en un 91 % de té kombucha, zumos de cítricos y extracto de malta, que es el ingrediente que aporta el sabor a cola. “Como alternativa a la bomba de azúcar que es una Coca-Cola está mejor”, resume Susana Rodríguez Costa, dietista de Nutriciona Group. Al final, es una kombucha “como cualquier otra que podamos encontrar en el mercado”, añade Robles, aunque tampoco sabe como tal.
Más saludable sí, beneficiosa no
La kombucha no es únicamente una bebida fermentada con toques agrios y a veces ácida, sino que “puede ser un refresco superatractivo y de lo más placentero”, explica Jordi Barri, CEO de Flax&Kale. Dejando el placer a un lado, desde la empresa aseguran que la Kombucola posee grandes beneficios para nuestro cuerpo: protege el hígado, es antibacteriana, equilibra la flora intestinal, favorece la pérdida de peso, mejora la salud cardiovascular o facilita la digestión.
En la página web se hacen un montón de declaraciones nutricionales de propiedades saludables, pero como tales “deben estar autorizadas y la Unión Europea no ha autorizado ninguna para la kombucha, por lo que no pueden hacerse y no tiene sentido que se hagan”, advierte Robles, quien explica que se trata de una bebida que no está pasteurizada después de la fermentación, por lo que los microorganismos y las bacterias están vivos, pero “no se ha reconocido ninguna propiedad alrededor de la kombucha”. En la misma línea, Rodríguez recuerda que a esta bebida se le suelen adjudicar propiedades “que no tiene. Es una buena alternativa, pero no un superalimento como nos quieren hacer creer”. Incluso, si se consume en exceso, “puede provocar problemas hepáticos”, añade la dietista.
A precio de cava
Un botellín de 400 mililitros de Kombucola cuesta 3 euros en la página web de Flax&Kale y en las tiendas Ahorramás de Madrid. Mientras que en los restaurantes del grupo tiene un precio de 5 euros.
Es más saludable que la Coca-Cola, “pero eso no justifica su precio”, asegura Robles. El azúcar es muy barato, “de ahí el precio de la Coca-Cola, pero eso no quita que el precio de la kombucha sea un impedimento a la hora de competir con este tipo de bebidas”, explica Rodríguez.
Dime de qué presumes y te diré de qué careces
Algo gracioso es que Flax&Kale habla del extracto de malta como “una fuente de proteína vegetal”, pero es algo que se usa con fines aromatizantes en este alimento.
El extracto de malta “tiene una cantidad de proteínas insignificante. Destacan algo que en el producto no existe”, sentencia Robles.