El de calamares es el más famoso y no ha cedido la corona, pero a día de hoy el universo de los bocadillos en Madrid es variado, moderno y complejo. Al fin y al cabo, entre dos panes cabe casi cualquier cosa.
Si hay que quedarse con uno de calamares, clásico capitalino imperecedero, lo mejor es darse una vuelta por los alrededores de la Plaza Mayor. Aquí se ubica el Bar Postas, un local auténtico (no pretendidamente auténtico ni ‘neo-castizo’, como muchos que abren ahora), con calamares tiernos en plan blando. Si el local está lleno y es imposible acodarse en su barra para tomar una caña, muy cerca está La Campana, donde los calamares están igualmente sabrosos.
DeBokata
Saliendo del área confortable de los bares de toda la vida, entre las opciones con más relumbrón están los que se pueden tomar en el recientemente inaugurado DeBokata, un espacio dentro del hotel Radisson RED a cargo de Eneko Atxa, chef que posee 5 estrellas Michelin repartidas en varios restaurantes.
Sus propuestas son modernas y creativas. Destaca, por ejemplo, un bocadillo con pollo teriyaki, jalapeños y katsobushi. Se pueden degustar en el hall, pero también los preparan en formato delivery y take away.
La zapatilla: y Melo’s y Malos
Un enorme bocadillo de pan de payés con abundante lacón y queso de tetilla fundido. Eso es lo que lleva la zapatilla de Malo’s, un bar icónico de Lavapiés con espíritu asturiano que suele estar a rebosar. No obstante, cuenta con una sucursal en Malasaña: el bar Malos.
En este segundo establecimiento, el ambiente es más joven a pesar de los platos de Duralex, pero la carta es la misma (por cierto, las croquetas también son un must). La zapatilla entera, que pueden compartir sin problemas cuatro personas, cuesta 14 euros, mientras que la media son 7 euros.
El bikini de Dot: éxito sin estridencias
Quizá la definición de lujo asequible sea un gran desayuno un soleado sábado por la mañana, con todo el fin de semana por delante y una taza humeante de buen café. Eso es lo que ofrecen en Dot Café, donde triunfa el clásico bikini: jamón york y queso. Ronda los 4 euros.
Además, sus cookies y otros dulces completan una carta pequeña, pero acertada. Por su parte, aunque está algo alejado del centro, el local es agradable e inspirador.
Cabeza de jabalí en Tres por Cuatro
Tres por Cuatro es un exitoso restaurante madrileño que lleva la cocina de temporada y el producto de mercado por bandera. En carta cuentan con algunos fijos, como los torreznos, el rossejat, el taco, la croqueta, o los callos.
Su sándwich de cabeza de jabalí se sirve en pan de croissant. Media unidad cuesta 7 euros, y uno entero 14.
Estimar, caviar en un bikini
Otra propuesta delicatessen es el sándwich del restaurante Estimar, del chef Rafa Zafra: cuenta con queso crema, tartar de salmón ahumado y caviar.
Puccia: el sur de Italia en tal
La puccia es un sándwich tradicional del sur de Italia con un pan muy fino que se rellena con los ingredientes naturales y se hornea en el momento de pedir. Las de Puccia, sabrosas y ligeras, cuestan entre 8 y 12 euros y se pueden tomar en su restaurante (con cocina non-stop) o pedirlas para casa.
Una de las estrellas es la puccia poblana: lomo de cerdo marinado con hierbas al estilo poblano, queso gouda, espinacas y mayonesa de chipotle. También es apostar sobre seguro escoger la de jamón serrano, queso mozzarella, rúcula y tapenade mediterráneo.ç
Katz Madrid
Si Puccia es una oda a los ingredientes italianos, Katz es un monumento al recetario judío. De hecho, es, sobre todo, un lugar con personalidad: cuenta una panadería propia y todas sus recetas siguen las reglas kosher.
Uno de sus bocadillos estrella lleva pan de leche artesanal, un interior de salteado de carne de picaña selecta, tiras de cebolla, pimiento rojo y verde y un baño en crema cheddar. Cuesta 12,80 euros.
Craft19, todo por el pastrami
Ellos se refieren a él como su “legendario” pastrami. Craft19 cuenta con un establecimiento en el Mercado de Vallehermoso y otro en Malasaña, y en ambos triunfa "Súper Pastrami", un bocadillo tan grande que lo sirven en raciones de 275 gramos.
Cada una de estas raciones cuesta 15,90 euros.
Philly Cheese Steak de Chivuo's
El bocadillo más próximo a una auténtica hamburguesa americana quizá sea el Philly Cheese Steak de la cadena Chiuvo’s: pan de molde tostado en mantequilla, 100 % carne de ternera fileteada con cebolla salteada y cheddar fundido.
El bocata se completa con mayo de hierbas y doble queso monterrey. Cuesta 11,50 euros.