Si bien las galletas que se encuentran en el supermercado son un alimento agradable y fácil de tomar, muchas se caracterizan por un exceso de azúcar que perjudica la salud del consumidor. Hasta ocho de cada diez no son saludables, y tienen una valoración D o E en NutriScore. Por el contrario, solo 15 tienen la valoración más alta.
De media, uno de cada tres gramos de galletas son azúcar. Y aquellas que lo excluyen lo sustituyen por polialcoholes, un tipo de edulcorante que puede tener efectos laxantes, sobre todo en niños. Pero no solo el azúcar supone un lastre: las galletas que se venden en los supermercados son productos ultraprocesados que tienen grasas saturadas, harinas refinadas, aromas y aditivos. Además de esto, los fabricantes suelen añadir algo de fibra (en torno al 3 %), minerales y vitaminas, que resultan innecesarias en una dieta variada y equilibrada.
Las Classic María y las galletas Grandino Cookies
Para desayunar o merendar, las galletas se pueden sustituir por pan integral con aceite de oliva, queso, crema untable vegetal o tomate o un trozo de pan integral con chocolate negro del 70 %. En el caso de consumirlas, las más saludables son las Classic María, a la venta en Carrefour. Sin azúcares añadidos y 0 % sal, estas galletas tienen una valoración A en NutriScore. En su composición figura que por cada 100 gramos aportan 408 calorías, tienen 1,5 gramos de grasas saturadas, 2,80 de azúcares por paquete, 9 de proteínas y 17 gramos de fibra.
En el extremo contrario se encuentran las Grandino Cookies, de Sondey, cuya valoración en NutriScore es de E. Estas galletas con pepitas de chocolate contienen 512 calorías por 100 gramos, 13,70 gramos de grasas saturadas, 36,90 de azúcares, 5,30 de proteínas y 1,04 gramos de sal.