Los precios de los alimentos subieron en España un 5,4% en febrero con respecto al mismo mes del año anterior. Esto lo convierte en el tercer país con mayor incremento de la Unión Europea, solo por detrás del que experimentaron Malta (donde se encarecieron un 7,3%) y Grecia (6,5%), según los datos de Eurostat publicados este lunes.
La cesta de la compra es uno de los bienes de consumo que más ha sufrido la inflación desde la pandemia en todos los países de la UE, debido a las condiciones climáticas desfavorables (sequías, inundaciones en buena parte del continente, reducción de oferta de algunas materias primas, subida del precio de la energía o incremento de costes de producción.
La inflación de los alimentos en Europa
De media en el continente los alimentos son hoy un 2,7% más caros que hace un año, pero España duplica ese nivel de inflación y se sitúa entre los que todavía no ha conseguido doblegar el encarecimiento de la cesta de la compra, uno de los que más afecta a las familias con menor nivel de renta, que dedican más proporción de sus gastos a elementos básicos como la compra.
En algunos países como Portugal los alimentos tienen una inflación del 0,7% interanual, mientras que en Alemania es del 1,4%. España ha conseguido corregir esta tasa. Ha pasado del 15,9% que llegó a registrar a finales de 2022, al 7,3% un año después y al 5,4% ahora. Sin embargo, ese descenso ha sido menor al que se ha producido en el resto de estados miembros.
El aceite, lo que más ha subido
En febrero de 2023, España era el decimoséptimo país con la inflación alimentaria más elevada (el noveno con menor subida de precios), pero un año después se sitúa en el Top3 de la Unión.
El mayor problema está en el aceite, que sube en España más que en ningún otro país (es un 46,2% mas caro que hace un año, mientras en Grecia ha subido un 38,4% y en Italia, un 27,5%). Los huevos, que se encarecen un 4,9%, sólo menos que en Malta -10,3%-; y la carne de cerdo, que es un 11% más cara que el año pasado, un incremento sólo superado por el de Croacia -21,4%-.
Las empresas repercuten el alza de costes
Las compañías distribuidoras son las que ponen al alcance de los consumidores los alimentos. Estas a su vez compran los productos a otros eslabones previos de la cadena. A la hora de poner sus precios finales, tienen en cuenta todos los costes en los que tienen que incurrir para hacerse con esos productos.
Además del IPC, que ofrece información sobre ese último precio que pagan los hogares, el INE publica también estadísticas sobre los precios que pagan las empresas por los servicios y productos que compran.
El precio que pagan los supermercados
Por otro lado, los supermercados han tenido que pagar los precios más altos al adquirir los alimentos. Según el Índice de Precios Industriales, en 2023, los fabricantes de aceites y grasas vegetales les cobraron un 22,7% más los fabricantes de lácteos subieron su precio un 15,3%; los de bebidas, un 10,6% más; quienes se dedican al proceso y conservación de carnes subieron sus precios un 10,2% y los que fabrican productos de panadería y pastelería les cobraron un 8,7% más, entre otros.
Además, a estas tarifas se le añade el coste del transporte, el IVA y la comercialización, lo que provoca que el precio final que paga el cliente se haya elevado aún más.