Se trata de un plato indiscutiblemente veraniego, fresco y fácil. Sí, hablamos del melón con jamón. Sin embargo, esta fantasiosa combinación de fruta y embutido, de dulce y salado, de frescura y sequedad, puede convertirse en un verdadero peligro si no se vende de la manera adecuada. En concreto, Eroski se ha saltado las normas esta semana al vender ambos productos en sus supermercados a temperatura ambiente, poniendo en riesgo la salud de algunos de sus clientes, tal y como advierten varios nutricionistas a este medio.
Todas las alarmas saltaron el 11 de agosto, cuando el nutricionista Juan Revenga, haciendo su compra semanal, se percató de que en un establecimiento situado en Zaragoza de esta cadena ofrecía jamón loncheado y envasado --que no puede superar los 20 grados– fuera de una nevera, en un agosto de máximas temperaturas. Y no sólo eso, al lado de este producto se encontraba su media naranja, el melón cortado, también sin refrigerar, aunque en este caso la norma lo permite si está a cierta temperatura y un tiempo máximo de tres horas.
Los peligros de vender el melón con jamón así
“En el caso del jamón loncheado, conservarlo a temperatura ambiente, sobre todo ahora durante este verano tan caluroso, puede provocar la proliferación de bacterias y causar problemas gastrointestinales a los clientes”, explica a Consumidor Global Félix Martín García, experto en Seguridad de los Alimentos.
Martín destaca que, pese a que todas las personas no reaccionan igual ante una posible contaminación de un producto por un inadecuado almacenamiento, “para una persona inmunodeprimida, como puede ser un anciano o anciana, puede ser bastante peligroso”. Por ello, el profesional hace un llamamiento para que se haga un cumplimiento del principio de prudencia para evitar posibles enfermedades. “Cuando llegas a casa, pones el melón o el jamón en la nevera para conservarlo, pues en un supermercado igual”, remarca.
La clave está en el etiquetado
En la etiqueta, en este caso del jamón loncheado de la marca Noel que vio Revenga, pone explícitamente que no se puede superar los 20 grados durante su conservación. Además, Martín explica que cuando una empresa compra un producto para su posterior venta hay una ficha técnica que explica cómo debe mantenerse y refrigerase. No obstante, a Eroski parece que estas instrucciones se le han pasado por alto.
Asimismo, el informe del Comité Científico de Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) concluye que, en cuanto a la venta del melón cortado por la mitad, se puede admitir, ya que no supone un riesgo microbiológico significativo, “a temperaturas inferiores a 25 grados durante un tiempo menor a tres horas en un lugar suficientemente ventilado y preservado de luz solar”. Pero, tal y como remarca Martín, el consumidor no puede saber si la fruta ha estado colocada en su puesto “durante 20 minutos o durante 20 horas”.
La respuesta de Eroski
Cuando Juan Revenga vio tal escaparate, asegura a este medio que se puso en contacto con los empleados del establecimiento para explicarles el fallo y que subsanaran dicho error. “Me dijeron que la orden de colocarlo así venía desde arriba, era la norma que marcaba el jefe de zona, aunque me dieron la razón tras ver el etiquetado”, declara el nutricionista. Por su parte, la asociación de cadenas españolas de supermercados (Aces), a la cual pertenece Eroski, avisa de que se trata de una decisión de la tienda y evitan pronunciarse al respecto.
Por otro lado, Consumidor Global se ha puesto en contacto con Eroski, pero al término de este reportaje, todavía no se había pronunciado la compañía al respecto.