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¡Feliz día de la crepe! Cómo evitar que te la cuelen y disfrutar de la receta original
Algunos de los mejores restaurantes especializados de España descubren los misterios de este plato francés que tiene su versión salada y dulce
Dulces, saladas, con carne o con chocolate, como comida o como postre… las mejores crepes son cada vez más conocidas y solicitadas en España. Consumidor Global ha contactado con algunas de las mejores creperías de España para ver cómo se crea este manjar de origen francés, descubrir sus claves y también sus precios.
Uno de los locales más reconocidos por este producto en Madrid es La Rue. En él, Eduardo Fernaud y su equipo hacen crepes de varias masas –harina de trigo normal, de trigo sarraceno empleada para las llamadas galettes, masa vegana con harina y leche de soja, y sin gluten de harina de arroz—con diferentes tipos de rellenos. Tienen, según dicen, 25 tipos de crepes saladas, cuyos precios oscilan entre los 5,50 euros y los 7,90 euros, y 25 dulces, que cuestan de 4,50 a 6,90 euros.
La crepe: ¿con o sin mantequilla?
“Sin una buena mantequilla, una crepe no es buena”, afirma convencido Fernaud, quien asegura que en su local se emplea este producto tanto para hacer la masa como para untarla en pleno proceso de cocción para que esté más jugosa.
En Mimi’s Crepería, sin embargo, no opinan lo mismo. “Nosotros no usamos mantequilla, porque nuestra crepería no sigue una receta típica bretona o tradicional francesa”, afirma Diana Cordero, la encargada de este histórico restaurante situado al lado de la Plaza Mayor madrileña. La propuesta de este negocio es poner en la plancha una pequeña dosis de aceite para que la masa no se pegue. “La clave para hacer una buena crepe es el tiempo de cocción, no muy superior a unos 30 segundos si es dulce, y que exista un equilibrio en los ingredientes”, subraya.
También los hay sin gluten
En Mimi’s hacen las masas caseras a diario. Se componen de harina, leche y huevos. Sin embargo, también las adaptan en función del cliente por celiaquías, intolerancias y alergias. En este establecimiento venden 17 tipos de crepes saladas y 23 dulces, aunque los clientes pueden combinar ingredientes y hacer el postre a su gusto.
Entre las más solicitadas se encuentran la de chocolate, fresa, galleta Oreo y helado de vainilla. En cuanto a los precios, la más barata cuesta cinco euros y la más caro, ocho, aunque el valor sube en función de los ingredientes extra que cada uno elija.
Empezar por una galette y terminar con una crepe
Hace un mes desembarcó en Madrid Mademoiselle, una crepería donde pretenden descubrir al consumidor la galette. En este establecimiento Rudy Hernández considera que una crepe debe llevar harina, azúcar o sal, huevo y leche. Lo más importante apunta, es la temperatura. Debe subir hasta unos 200 grados durante entre uno y dos minutos, y también los ingredientes, que deben ser de calidad.
Al cocinar la masa, aplican una fina capa de mantequilla o grasa en la crepera para que no se queme. Emmanuelle Allo, propietario, indica que tienen 20 galettes y 15 crepes y que los clientes suelen empezar por las primeras y tomar las segundas de postre. La diferencia, explica Hernández, consiste en la harina: mientras la primera está hecha con una sarracena a 250 grados, y sólo lleva sal y agua en masa; la segunda se cocina con harina de trigo blanco, en su caso ecológica y de Cataluña. Los precios están entre los 3,50 y los 9 euros para las crepes y los 6,90 euros y 11,90 para las galettes.
Los españoles prefieren el trigo blanco y rellenos diferentes
En Valladolid se encuentra Eh Voilà!, un local donde cocinan con harina de trigo blanco. “Hicimos pruebas y vimos que a los españoles les gusta más así, quizá por la grasa”, expone Mario Soriano, gerente del restaurante. Además de adaptarse a los gustos del consumidor en cuanto a la masa, también lo hacen en los rellenos: tienen crepes de morcilla, con guisos de bechamel y langostinos y demás combinaciones que van más allá de la composición habitual. El precio de este producto oscila entre 3,5 euros y los 12,95.
En cuanto a las crepes dulces, el acompañamiento es muy diverso: frutas, frutos secos o chocolates. “También tenemos postres veganos, con una masa de harina de maíz y garbanzos”, especifica Soriano. No obstante, él prefiere “la crepe sola de sartén, que está muy rica con chocolate”.
Cuando una masa es buena no hacen falta demasiados ingredientes
En Les tres pommes, el local de crepes por excelencia de Barcelona junto a Krampus, hacen las versiones saladas con trigo sarraceno y las dulces con trigo normal, leche, vainilla, huevos, mantequilla líquida, azúcar y sal. “Se mezcla todo hasta tener una nata líquida un poco espesa, se deja descansar una hora y se cocina a la sartén o a la plancha a fuego fuerte”, comentan. Es importante, indican, que se cueza en el momento para tener un punto crujiente por fuera y estar blando por dentro.
El chef de este restaurante prefiere las crepes básicas, con mantequilla y como mucho con azúcar. “Si realmente es buena, no hace falta ponerle muchas cosas”, declara. En total, ofrecen 30 dulces y 30 saladas. El establecimiento tiene un menú por 15,90 euros. En la carta, las saladas pueden costar entre 7,80 euros y 13 euros y las dulces se pueden disfrutar a partir de los 4 euros.
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