La coliflor es una verdura muy nutritiva que ofrece importantes aportes a nuestra salud, siendo protagonista de deliciosos platos que sirven para acompañar carnes y verduras. Además, es un vegetal con muy bajo aporte calórico y es una muy buena fuente de fibra, así que es un ingrediente ideal si queremos tener una alimentación balanceada y saludable.
Lo ideal es consumirla fresca, pero si se quiere conservar es necesario congelarla. Hay varias formas de congelar las verduras, ya que cada una es distinta y necesitará procesos diferentes para poder conservarlas. En el caso de la coliflor hay que seguir una serie de pasos para conseguir conservar todas sus propiedades.
Cómo congelar la coliflor, paso a paso
Lo primero que hay que hacer es preparar un envase con agua fría y un poco de sal o vinagre. Después sumergir la coliflor y dejarla reposar al menos 5 minutos para después lavarla con mucha agua fría.
Hay que retirar las hojas que no se consumirán, estas se pueden usar para cocinar un caldo de verduras. Lo ideal es cortar y separar las flores de la coliflor del tamaño que se desee y blanquearla con agua hirviendo en un cazo con sal durante 3 minutos. Se recomienda añadir un poco de jugo de limón para conservar el color de la verdura.
El mismo proceso para el brócoli
Después de esos tres minutos hay que sacarla y colocarla en un bol con agua y hielo para cortar la cocción rápidamente. Colar la coliflor y utilizar un papel absorbente para secarla y eliminar la humedad antes de meterla al congelador. Por último, hay que introducir las flores de la coliflor en bolsas especiales de congelación o en un envase con tapa hermética.
Cuando llegue la hora de sacarlas del congelador, puedes cocer la coliflor sin necesidad de descongelarla previamente. Para que sea más fácil, puedes guardar las flores de la coliflor en las porciones que comerás en el futuro, así no tendrás problema despegando las flores congeladas. Este también es el proceso que se utiliza para congelar el brócoli, ya que son verduras muy parecidas.