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La comida del Mobile como la de un avión: cara y de escasa calidad
La feria tecnológica de Barcelona ofrece poca variedad gastronómica a precio de oro
Asistir a una feria es algo más que ir de un evento a otro, reuniones con empresarios o comerciales y hacer networking. Aunque la tecnología es la protagonista indiscutible del Mobile World Congress, de aire no se alimentan sus visitantes y ponentes. En este evento también se come y se bebe, más allá de un café. Dentro hay multitud de puestos de comida, pero ¿están a la altura de una feria tecnológica de primer nivel? ¿La comida del Mobile tiene la calidad suficiente para contentar a su exquisito público?
“A mí, me recuerda mucho a la comida de un avión, es decir, cara y de escasa calidad”, describe Marina Casas, una asistente al congreso de Barcelona. Y razón no le falta. En el Mobile muchos platos no bajan de los 20 euros. “Si fuera un menú aún, pero pagar esto por un bocadillo y unas patatas…”, se lamenta Marc Bertran, otro joven visitante.
Un Mobile de bocadillos de jamón, hamburguesas y wraps
La mayoría de los puestos de comida se ubican entre el pabellón dos y tres de Fira Barcelona. Es un espacio al aire libre, algo importante en tiempos de Covid. Los establecimientos de esta zona cuentan con amplias terrazas, casi siempre llenas. “Aunque esté nublado el cielo de Barcelona es precioso, siempre que vengo intento comer aquí fuera”, explica Wáng, un invitado de la firma asiática Honor.
No obstante, en estos puestos la variedad brilla por su ausencia. Hay tres platos que se repiten en todos ellos: bocadillos de jamón, hamburguesas y wraps de pollo, o de hummus para los veggies (suerte que se han acordado de ellos). Por lo general, estas opciones se pueden acompañar, en forma de menú, con unas patatas fritas o ensaladas, bebida y postre. Vale más la pena optar por la fruta, cortada y envasada, porque algunas opciones como el tiramisú espanta no sólo a italianos, sino también a muchos paladares.
Poca calidad si no vas al estand de una marca
“El pan está chicloso y la ensalada sabe a plástico”, corrobora Héctor Eduardo Nortes, de Coinbase. No es la primera vez que acude al Mobile, por lo que es casi un experto en cuanto a la comida del congreso se refiere. “Cambian un poco el diseño, pero el producto siempre es igual de justo”, matiza.
Según él, si se quiere comer bien en este encuentro tecnológico se tiene que ir a los estands de las empresas. “He podido disfrutar del catering de Honor y Xiaomi y ha sido sensacional”, destaca. Y lo mismo opinan otros asistentes de la oferta gastronómica de Huawei y Ericsson.
La paella (o arroz con cosas) que gusta mucho a los indios
Más allá de bocadillos y hamburguesas, la paella también está presente en el Mobile. No podía ser de otra manera. Paella and More es uno de los establecimientos donde es posible conseguir una ración. “Triunfa la opción vegetal, les encanta a los indios”, explica Patricia P., encargada del servicio.
¿Y qué pasa con los locales? “También tenemos consumidores nacionales que aprueban este arroz. Nuestra paella es auténtica”, se defiende. Sin embargo, en su puesto sólo se ven asistentes extranjeros. Y el More, que señala el rótulo del local, parece que no convence. Todos salen con un plato de paella –incluido en un menú de 20 euros– en la mano.
Unos espaguetis por más de 10 euros
Otro de los puestos que se diferencian del resto es la Bruschetta Pasta Bar. Sirven pastas y paninis, pero como explica Jenny G., una de las camareras del local, “todo el mundo pide la pasta”, en especial los espaguetis a la boloñesa. “A los americanos les vuelven locos”.
Este plato es una de las opciones más económicas del recinto. Sin embargo, cada ración de espaguetis a la boloñesa asciende a 10,59 euros. Sin probarlos, es verdad que a simple vista pasan el corte.
El estand de España
Algunos países cuentan con estands propios en el Mobile. España tiene uno, como no podría ser de otra manera. Decorado de madera noble y con moquetas rojas, la comida de este espacio sólo está disponible “para los ponentes”, tal y como recuerda el personal de seguridad que hay en la entrada.
Las dos camareras que trabajan allí detallan que durante la feria han servido un surtido confeccionado por sushi, jamón serrano, croquetas y cocas de verduras. Ante la pregunta: ¿habéis tenido algún comensal importante o famoso? Sonrientes contestan: “todos los importantes comen en la sala vip”, donde el acceso todavía es más limitado.
Alemania intenta hacer un guiño a la gastronomía española
El espacio dedicado a las empresas y a la administración alemana también cuenta con un servicio propio de catering. Pero, lejos de incluir productos propios del país, los alemanes han querido hacer un guiño a la gastronomía española con platos “typical Spanish”, como explica Elsa, una de las cocineras.
Sin embargo, el pan con tomate se acompaña de pepinillos, las tostadas de jamón incluyen anacardos y las ensaladas de pasta se aliñan con un montón de mayonesa, en lugar de un buen aceite de oliva. “Nos encanta la gastronomía española y es un gusto conocer más sus recetas”, insiste Elsa. Pese a su intento, un comensal español pocas similitudes encontraría en esta oferta con la de cualquier buen bar o restaurante nacional.
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