Como si se tratase de una caja de pizza, pero de menor tamaño y algo más gruesa. Así se presenta el nuevo postre de Telepizza, que nace del matrimonio de la empresa con la célebre marca de turrones Suchard y ha sido bautizado como Donazzo. Al abrir su envoltorio, se descubre el porqué de este nombre, pues, más que una pizza, recuerda a una especie de dónut.
La fotografía que publicita el producto difiere de la apariencia real del Donazzo, que luce menos esponjoso, con una salsa de chocolate repartida con desorden y con la inconfundible onza del turrón Suchard coronada sin gracia y con torpeza. Este nuevo lanzamiento cuenta con dos variedades, y la segunda versión tampoco se presenta más apetecible. En esta opción, la masa de Telepizza está cubierta de un glaseado y acompañada de un recipiente con salsa La Dulzona para echarla por encima antes de hincarle el diente.
Nos comemos el Donazzo
Empezamos por el Donazzo de Suchard. Al sacarlo de la caja, inevitablemente, los dedos se impregnan del chocolate. Al morderlo por primera vez, no se distingue el sabor característico de la masa de la pizza aunque el chocolate así como el turrón que se incluye sí que consiguen el sabor del clásico de Suchard. Eso sí, la masa es “chiclosa” y “parece el pan de ayer”.
Al otro Donazzo, cubierto de un glaseado, se le vierte la salsa La Dulzona por encima. El resultado es mucho más pringoso. Al darle el primer mordisco se obtiene la misma opinión sobre la masa, pero al equipo de Consumidor Global le disgusta más esta variedad. El sabor de la salsa empalaga y no termina de casar con la masa.
Qué versión es mejor, según los nutricionistas
Al margen de la opinión de este medio, los nutricionistas también han dado su veredicto respecto a estas opciones. “Si hacemos una comparación de ambas versiones, el de Suchard es bastante peor. Tiene más calorías, tiene más grasas, tiene el doble de azúcares, etc”, sentencia Elena Sánchez, nutricionista y técnica superior en dietética, que añade que ambos Donazzos son perjudiciales para la salud.
“Ya no saben cómo llamar la atención. Hay una gran adicción al azúcar, a la comida rápida y precocinada, por lo que cada vez son más las cadenas de comida que aprovechan esto para sacar combinaciones raras pero a la vez atractivas para el consumidor”, expresa Sánchez. “No somos conscientes de que hay un gran problema de alimentación en nuestro país, cada vez son más los niños y jóvenes con obesidad, con los grandes problemas de salud que acarrea esta enfermedad”, resalta.
Tener peor salud
Beatriz Robles, nutricionista y docente de la Universidad Isabel I, comenta a Consumidor Global que estos productos están omnipresentes en la mayoría de dietas y se consume más de lo que se puede reconocer. “Muchas veces no somos conscientes de que el pastelito que nos comemos en el café del trabajo, o las galletas que tomamos justo antes de irnos a la cama con un poquito de leche, van contando. Son productos insanos. Y la recomendación de consumo sería, cuanto menos, mejor”, aconseja.
“Si consumimos muchos de estos productos, nos va a ser más complicado reducirlo o pasar a cero. Sin hacer cambios drásticos, tendremos que ir progresivamente, pero es cierto que la colaboración entre marcas para crear estos alimentos dificulta la lucha contra la obesidad”, apunta Robles. “Lo que hacen es lanzar productos aparentemente innovadores y esa innovación llama la atención, lo que puede hacer que caigamos”, añade.
Cambio de estrategia
“Sabemos que, además, se lanza con motivo de las fechas navideñas, cuando solemos consumir una gran cantidad de alimentos superfluos y en la que bajamos un poco la guardia porque estamos en un entorno social que a veces nos presiona para ello”, hace hincapié la nutricionista.
Este tipo de colaboraciones entre marcas, Telepizza lo viene haciendo desde hace años. Sin embargo, sí que hay una pequeña diferencia respecto a productos anteriores como la pizza con KitKat, que tenía forma de pizza pero con un formato dulce. “Ahora ya ni siquiera es eso. Ahora simplemente es ponerle el nombre de Telepizza a un producto de bollería que no recuerda ni de lejos a la pizza. Y, además, diciendo que es una creación culinaria… Son unos maestros en la venta”, concluye con indignación Robles.