La figura de la mujer, a lo largo de la historia, ha estado muy vinculada a la cocina de los hogares. Sin embargo, los chefs de prestigio han sido, en una gran mayoría, hombres. Pero hay muchas mujeres que dirigen restaurantes en España y con mucho éxito. Cinco ejemplos claros son: Ada Parellada, Núria Gibert, Fina Navarro, Carlota Claver y Roser Torras.
Estas cocineras son el alma de diferentes establecimientos de Barcelona. Y han querido hablar de su experiencia, un 8 de marzo, en la antigua fábrica de Damm, en un evento bautizado como Gastrodona.
Ada Parellada y Roser Torras, veteranas del sector
Ada Parellada lleva 30 años al frente del restaurante Semproninana en la ciudad de Barcelona. Lo abrió cuando tenía 25 años y, como explica a este medio, “fue como una revelación, un día paseaba por el Eixample y simplemente me enamoré de un local”. Por aquel entonces, Parellada estudiaba Derecho, pero la restauración era un entorno que conocía mucho. “Mi familia tenía una fonda y con mis hermanos nos criamos allí”, explica. A su parecer, es importante diferenciar entre "la mujer que hace pucheros” y la chef. Según ella, en todos los restaurantes ha habido esta figura femenina, de abuela o de madre, que se encargaba de ayudar y preparar los guisos. Pero que no hay de confundir a ésta con la mujer chef, "que en España no llegó hasta los 80, y es la que dirige su local con su propia visión".
Mientras, Roser Torras, enfermera de profesión, nunca se alejó del mundo de la gastronomía y combinaba su trabajo en la clínica con estancias en los fogones de algunos de los chefs españoles más reconocidos, como Arkaz o Arguiñano. Su pasión por el mundo de la gastronomía la llevó a sumergirse en proyectos como Grup 25, una cooperativa que reunía los 25 mejores restaurantes de Barcelona y de la que Torras fue gerente. En el 94 fundó el Grupo GSR, donde trabaja en la actualidad. En el sector, Torras es conocida como la "mamá" por su relevancia en la gastronomía y restauración española. Según ella, en toda su trayectoria, nunca ha querido tirar la toalla. "Trabajar con hombres no se me ha hecho bola, lo único que me ha tocado en esta vida, de verdad, fue la muerte de mi hijo Pau”, se sincera.
Abrir un restaurante en Singapur
Núria Gibert es la benjamina de la familia Torres. Aunque su formación tenía que ver con la química, en 2017 se lanzó a la aventura y abrió un restaurante en Singapur. De nombre Gaig --como el local de su familia--, esta joven catalana explica cómo ha sido su experiencia internacional. "La restauración es un mundo que te engancha, también es un sector muy sacrificado, te tiene que gustar", comenta Gisbert. "Pero estoy agradecida de formar parte del negocio familiar, gracias a ello tengo mi propia empresa", añade.
Fina Navarro, madre de Núria, también está al frente de un restaurante: el Gaig Barcelona. Gibert señala que lo que ha aprendido de su madre es el "saber estar y la elegancia, dos aspectos vitales en un restaurante, porque todo no es comer". Sobre su restaurante de Singapur, Gibert comenta que lo más complicado es encontrar personal de sala cualificado. "La gente de aquí de Singapur no ve la restauración como una trabajo de por vida, lo tienen como algo temporal", describe.
La conciliación familiar y el oficio de chefs
“La carga familiar es un lastre para la mujer, yo he tenido mucha ayuda, pero tenía un cargo importante y no podía estar todo el día a casa con mis hijos, y eso es duro”, se sincera Torras cuando hablan sobre la conciliación familiar.
Carlota Claver, chef en el restaurante La Gormanda, es madre de dos hijas. Ahora lo lleva bien, como insiste ella, pero al principio "fue todo un reto, además, con muchos horarios nocturnos". Para Claver, su principal aliado ha sido su marido, Ignasi Céspedes, quien también forma parte del equipo de La Gormanda.