Los hogares españoles consumieron un total de 742.377 toneladas de platos preparados en 2023, un 2,9% más que el año anterior, según el último informe presentado por la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (Asefapre), que agrupa a los principales fabricantes del sector. Así, la ingesta per cápita se situó en los 16,30 kg/año.
Por su parte, la pizza vuelve a ser la preferida por los hogares españoles: se consumieron 132.905 toneladas de este producto, ya sea en su versión congelada o refrigerada. Le siguen en popularidad aquellos con base de patata (95.162 toneladas), cárnica o de pollo (70.999 toneladas) y de pescado o marisco (59.972 toneladas).
La razón del éxito de los platos preparados
Según Álvaro Aguilar, secretario general de Asefapre, “el hecho de que los platos preparados ofrezcan una variedad tan amplia permite a los consumidores llevar una dieta equilibrada de manera fácil y rápida, que se adapta a su estilo de vida, sea cual sea”.
“Esta cualidad resulta muy apreciada y es una de las razones por las que el consumo de platos preparados aumenta año tras año”, advierte Aguilar.
Refrigerados y congelados
En lo que a tipologías de conservación respecta, los platos preparados refrigerados se mantienen como líderes en volumen de ventas, alcanzando las 343.859 toneladas, un 46% del volumen total de consumo, y un 2,9% más que en 2022.
Le siguen los congelados, con 302.504 toneladas, que representan un 41% del total y que crecieron un 3,6%. Finalmente están aquellos que se comercializan a temperatura ambiente, cuyas 96.015 toneladas suponen un 13% del volumen del sector y cuyo incremento se sitúa en el 1,2%.
Los mejores platos de las tres categorías
Analizando cada categoría, el consumo de platos preparados congelados está liderado por los productos con base de patata, cuyo consumo alcanzó las 95.162 toneladas en 2023. Sin embargo, el mayor crecimiento se registra en el caso de las alternativas vegetales, que crecieron un 14,9% respecto a 2022, seguidas de aquellas referencias a base de carne/pollo (13,7%) o arroz (11,1%).
En cuanto a los productos refrigerados, la pizza es líder en este segmento, con 97.457 toneladas consumidas. No obstante, la categoría con mayor tracción es la de los preparados con base de pescado, que creció un 31,6%, seguida de aquellos con base cárnica (7,2%) y los panificados (7,1%). Entre los alimentos comercializados a temperatura ambiente, destacan aquellos con base de legumbres, que alcanzaron las 19.104 toneladas, aunque el mayor incremento en volumen se experimenta en aquellos con base de pasta y arroz (1,3%).
Portugal, principal destino de las exportaciones
Las compañías asociadas a Asefapre produjeron en 2023 un total de 271.218 toneladas, un 6% más que en 2022, de las que un 18,8% (50.993 toneladas) se destinaron a la exportación, principalmente a Portugal, Francia y Arabia Saudí que, junto con Estados Unidos y Países Bajos, completan el ‘top 5’ de los principales países de destino.
“Los platos preparados españoles resultan muy valorados a nivel internacional, lo que pone de manifiesto que el sector trabaja tanto para adaptarse a las necesidades de los consumidores nacionales como del extranjero, atendiendo a múltiples tendencias de consumo y teniendo siempre como objetivo lograr la excelencia en cada bocado”, señala Aguilar.
Apuesta por la innovación y la sostenibilidad
Durante la presentación del balance de 2023, Ángel Matamoro, presidente de Asefapre, ha destacado la firme apuesta del sector por la innovación y la sostenibilidad como motores de su desarrollo. Emplean prácticas sostenibles como la depuración de las aguas, el empleo de energías renovables, la eficiencia energética o el reciclaje. “Innovamos con formatos prácticos para el día a día que, además, contribuyen al desarrollo de una economía circular, ya sea facilitando su reciclabilidad o fomentando su reutilización”, ha señalado Matamoro.
En el aspecto de la innovación, el presidente de la asociación ha puesto de manifiesto el trabajo de las compañías para adaptarse a las demandas de los consumidores, como el lanzamiento de productos con ‘etiqueta limpia’, elaborados con ingredientes sencillos y comprensibles para los consumidores, o alimentos para quienes tienen necesidades nutricionales especiales (sin gluten, sin lactosa, enriquecidos con proteínas, etc.).