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Palabra de enólogo: cinco vinos blancos y cinco tintos asequibles para no fallar en tu próxima cita

El creador de contenido y tiktoker B-Bacus explica los clichés que existen en torno a este caldo y apuesta por consumirlo de manera desprejuiciada

Juan Manuel Del Olmo

Varias personas toman vino en un restaurante / FREEPIK

De la A de aterciopelado a la Y de Yllera (o a la Z de Zamora, o la V de verdejo), el abecedario del vino es infinito y está lleno de matices. Alguien podría seleccionar la de C de corcho, la I de inspiración o la P de placer, pero a buen seguro la J no sería de jóvenes, sino de Jerez o de juntos: a pesar de su enorme tradición y veneración, se considera una bebida propia de adultos o incluso personas mayores. B-Bacus es un enólogo que quiere revertir esta tendencia y comparte tips y curiosidades en su cuenta de Instagram (donde tiene más de 5.000 seguidores) y de TikTok (+32.000).

Algunos datos resultan sorprendentes: según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), en el año 2021 España fue el tercer mayor productor de vino, solo por detrás de Francia e Italia. No obstante, si se calculan los litros per cápita, el resultado es que en España se bebe menos vino que en estos dos países, auténticas mecas; pero tampoco se alcanzan los niveles de Austria, Suiza o Australia.

–¿Cuál cree que es el mayor error que comete el consumidor al beber vino?

–Pensar demasiado en lo que piensan los demás. Cuando se pide un vino, se intenta saber más sobre este mundo o se le pregunta con interés al camarero, puede que los amigos se rían o juzguen a uno porque piensen que está siendo pedante. Es un error no lanzarse a aprender de un mundo que tiene tanta profundidad y tanta historia y cohibirse por culpa de lo que puedan pensar otros.

–Una vez abierto, ¿cuántos días podemos tener, como máximo, el vino en la nevera?

–Realmente, guardar el vino en la nevera no es lo ideal por los aromas que pueda haber, pero bueno, es lo más común y lo que la mayoría de la gente tiene en casa. Yo no lo dejaría más de cinco días, pero siempre depende del vino. Por ejemplo, si hablamos de un espumoso, afectará el hecho de si es muy carbónico o no (es decir, de si tiene mucha burbuja). Si es que sí, podría aguantar más tiempo porque la burbuja es C02 y presenta una menor oxidación. Por otra parte, un vino tinto resiste más que un blanco porque tiene antioxidantes taninos. Asimismo, un vino de la Ribera del Duero suele tener más tanino que los vinos Rioja, así que se podría decir que pueden aguantar más.

Una persona bebe una copa / PEXELS

–Dígame un cliché estúpido sobre el mundo del vino.

– Que solo es para entendidos o para gente mayor. El vino está para disfrutarlo, y yo animo a todo el mundo a aprender sobre él. No sé quién me dijo una vez que, cuando te preguntan si prefieres Nutella o Nocilla, o Pepsi y Coca-Cola, no lo justificas demasiado. Defiendes la que te gusta y ya está, pero no hay excesiva comparación, no se profundiza. Desde luego, no preguntas por el volumen en boca u otras cosas que resultarían absurdas. Pues con el vino parece muy necesario explicar los porqués. Así que el cliché sería no disfrutarlo como una cerveza o como cualquier otro producto de consumo.

–¿Qué cinco vinos blancos por menos de 10 euros recomendaría?

–España es un país muy diverso con diferentes regiones, y a mí me gusta mucho hablar de las distintas zonas y no centrarnos siempre en las mismas. Mi selección sería:

1.      Enate Chardonnay 234 (D.O. Somontano) [9,29 € en El Corte Inglés]

2.      Via Terra. Ubicados en la comarca de la Terra Alta, se han especializado en la uva garnacha y este además es garnacha blanca, que no es tan común. Está muy bueno y la región se está poniendo muy de moda. [9,50 € en la web de la bodega, Edetària]

3.      Mara Martin. Un godello de Martín Códax que tiene una acidez impresionante para acompañar bien platos grasos, como por ejemplo un rodaballo. [9,29 € en Carrefour]

4.      Gabriela Manzanilla. Los vinos finos son una maravilla, tenía que destacarlos y creo que tenemos que ponerlos otra vez de moda. En este caso, este es de Sanlúcar de Barrameda. [9,25 € en Bodeboca]

5.      Raventós de Alella, con la variedad autóctona pansa blanca. Es un vino que no mucha gente conoce, de una DO muy pequeña pero con mucha historia que está al norte de Barcelona. En el pasado, aquí veraneaba la burguesía catalana, y se empezaron a hacer estos vinos para sus fiestas. Antes se llamaba Marqués de Alella, pero lo compró Raventós. Le tengo especial cariño porque hace años encontré en mi casa una caja de Marqués de Alella que tenía 20 años. Lo descorché y estaba impresionante. [9,95 € en Bodeboca]

Una persona descorcha una botella de vino / FREEPIK

–¿Y cinco tintos?

1.     Muss tinto. Me parece cojonudo. Es de Madrid, y generalmente sale muy bueno. [9,95 € en Carrefour]

2.     Bardos Romántica. Recibió hace poco un reconocimiento y realmente se lo merece. Muy recomendable. [10,55 € en Carrefour]

3.     Origen 2018, de Clos Montblanc. Ha sido un descubrimiento reciente. De la cuenca de Barberá, muy cerquita del Priorat, es un pedazo de vino. Cuando se ponga de moda, la gente se lo quitará de las manos. [10,54 € en la web de la bodega]

4.     Barón de Ley tinto reserva 2018. Un clásico de La Rioja. [9,99 € en Bodeboca]

5.      La Garnacha de Lola. Muy recomendable, de la región de Méntrida, Toledo.

Una mujer sirve una copa de vino tinto / PIXABAY

–¿Por qué es importante que el tapón de la botella sea de corcho?

–Aquí hay un gran debate. Hay personas que opinan que es mejor la rosca o el tapón de cristal u otros formatos. Pero, para conservar el vino un tiempo determinado, es preferible el corcho. La rosca, que se está poniendo tan de moda ahora, está bien para vinos jóvenes que se van a consumir ese año. El problema que tienen es que suele incrementar el flujo de oxígeno dentro del vino, es decir, hay una microoxigenación mayor que con el corcho. Eso produce una mayor oxidación o evolución del vino en el tiempo. Lo que ocurre con el corcho es que a veces se menciona el TCA, lo que se denomina olor a corcho, pero es algo residual. La tecnología ha avanzado y no suele haber corchos malos. Este material te permite una longevidad que no permiten otros, pero es objeto de discusión.

–Cada vez vemos más personas que se animan a beber vino con hielo. ¿Admisible o herejía?

–Yo diría que ni una ni otra. Bienvenido sea todo aquello que atrae al mundo del vino a nuevos consumidores. Cada uno hace lo que quiere con esto y no podemos cerrarnos ni ser snobs. La gente, cuando empieza a beber cerveza, comienza mezclándola con un refresco gaseoso (el formato clara), y, cuando empieza con el vino, quizá lo haga con sangría o con tinto de verano. Lo del hielo sería parecido. Es cierto que el vino cambia al introducirle hielo, porque metes agua, pero bueno, si el consumidor está cómodo con ello y le gusta, no soy nadie para criticarlo, a pesar de que personalmente no me guste.

Uvas de un viñedo / PEXELS

–Cada vez son más las bodegas que se enfocan en el enoturismo y ofrecen experiencias de maridaje, con hotel o incluso piscina. ¿Cuál recomendaría?

–El turista que busca experiencias de enoturismo es interesante porque se anima a gastar un poco más y suele tener mayor interés cultural. Entre los que conozco y destacaría, mencionaría Rondaia, un hotel de Mallorca. También Abadía Retuerta, que es uno de los icónicos; o Marqués de Riscal, que también lo es. Otras opciones más asequibles y que están bastante bien son Finca La Estacada (en Tarancón, Cuenca), Hacienda Zorita (Valverdón, Salamanca) y Castillo Monte la Reina (Toro, Zamora).

En cuanto a bodegas a visitar, hay muchas, pero entre las que me han impactado mencionaría Portia (Gumiel de Izán, Burgos), una bodega impresionante cuya construcción se encargó a Norman Foster. También merece la pena Codorniú: una preciosidad, una de las bodegas más antiguas del mundo que cuenta con más de 20 kilómetros de cavas, es decir, los espacios donde se hace, en botellas, la crianza de sus vinos con las lías. Es una locura, como de una historia de ficción. Pago de Carraovejas (Peñafiel, Valladolid) también es un poco premium, pero lo recomiendo porque trabajan muy bien la oferta gastronómica y los maridajes, y la arquitectura del sitio también está muy bien. Muga (Haro, La Rioja) es otra de las que considero de obligado cumplimiento. Lo más sorprendente es que todo lo hacen en madera y es una locura ver la bodega. Asimismo, en Protos es muy interesante ver cómo han conectado lo viejo y lo nuevo.

Una mujer en una bodega / FREEPIK

Después, en el sur, Bodegas Tío Pepe de González Byass es la más visitada y también la recomiendo, al igual que Barbadillo, en Sanlúcar de Barrameda.

–¿Qué piensa del etiquetado del vino, una propuesta que parte del Ministerio de Sanidad irlandés y propone una etiqueta similar a la del tabaco que informe de los riesgos del consumo de alcohol?

–Pienso que el vino no se puede comparar con el tabaco de ninguna manera. Ha estado presente en la dieta mediterránea durante generaciones, y si bien es cierto que contiene una parte de etanol, que obviamente puede ser negativa, porque es alcohol; en el vino la proporción no es tan elevada. Además, contiene una serie de propiedades positivas. Tiene muchas vitaminas, antioxidantes… El propio etanol, con moderación, dilata los vasos sanguíneos y ayuda a prevenir enfermedades cardiacas. En cambio, el tabaco no tiene ningún beneficio.

–¿Un libro o una película que giren en torno al vino?

Wine Folly me parece el libro que todo el mundo tiene a leer si quiere empezar a aprender en serio. Es una introducción muy buena, es fácil de leer y tiene unos tips fenomenales.

Una película que me encanta es Entre copas (Alexander Payne, 2004). Me parece una comedia dramática estadounidense muy buena. Buscaban, precisamente, promover el vino de California. De hecho, se habla del efecto Sideways (el título original del film) para hablar de cómo una región vitícola se dispara a raíz de su promoción en una película.