Existe una disyuntiva entre la gran mayoría de los consumidores: ¿qué engorda más, la cerveza o el vino? Se han realizado infinidad de estudios para averiguar cómo afectan al organismo estas dos bebidas, muy queridas y consumudas entre los españoles.
Sin embargo, todo depende de la cantidad de calorías de cada una de ellas, del volumen de alcohol y, sobre todo, del consumo de cada usuario para saber si en efecto estas bebidas engordan.
El alcohol, el verdadero culpable
La cerveza se considera una bebida que contribuye a la obesidad, en especial cuando su consumo es más frecuente. La tabla de calorías del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social refleja que un tercio de cerveza supone ingerir unas 150 kilocalorías. De hecho, una caña, el formato que más consumen los españoles, equivalen a unas 90 kilocalorías, pero cuando se trata de una cerveza sin alcohol la cantidad se reduce a unas 35 kilocalorías.
Por otro lado, el vino, aunque contenga más calorías por cada 100 mililitros, no engorda tanto como la cerveza. Eso es debido a que una copa de vino no contiene tanto volumen de alcohol como una caña. Por lo que, el alcohol es el principal responsable de coger unos quilos de más. Por ello, es preferible consumir más cervezas sin alcohol y vino de dos años o más, ya que los jóvenes contienen más cantidad de azúcar, como el blanco.