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Carne de anacardo reciclado: lo último en alimentación ‘veggie’ excéntrica a precio de solomillo

Una empresa estadounidense sobrepasa un nuevo límite en comida ‘plant-based’ y sorprende a los nutricionistas

Núria Messeguer

La hamburguesa de carne de anacardo / CG

El anacardo no es un fruto seco. En realidad es la semilla de un árbol que curiosamente se parece al naranjo y su fruto a la ñora. Y, aunque esto puede sonar a acertijo, no es más que el resultado de la sabia naturaleza. La semilla del anacardo se encuentra en el interior de una nuez, cuya cáscara contiene urushiol, una resina altamente tóxica que con un simple roce puede causar una dermatitis severa. 

El árbol de anacardo crece en climas húmedos y tropicales, originariamente se encontraba en el norte de Brasil, pero los colonos portugueses lo propagaron por buena parte del mundo. India, Vietnam y África occidental son los principales exportadores de este alimento que hace unos años ha atraído al sector más healthy de la sociedad por sus propiedades nutricionales. El sector veggie también  le ha echado un ojo a esta semilla que, además de protagonizar muchas de sus recetas, ahora se ha convertido en otro sustitutivo de la carne. La empresa Cajú Love ha creado la primera carne de anacardo de la historia. A primera vista parece pollo o atún, no obstante es totalmente plant-based. ¿Pasará el corte de los nutricionistas?

Composición nutricional

Por cada 60 gramos --apenas un par de puñados--, este alimento tiene 10 calorías, 6 gramos de fibra y un 1 gramo de proteína. No contiene grasas, azúcares ni tampoco sal. “Este alimento me desconcierta mucho, la verdad es que nunca había visto algo así”, señala Susana Costa, nutricionista en Nutriciona. “Es una buena opción para todos aquellos vegetarianos o veganos que tengan una digestión más pesada y les cueste incorporar legumbres en su dieta”, señala. 

La calidad de la carne de anacardo se debe a las propiedades que este fruto ostenta. Solo el 6,9 % del anacardo es agua. Frente a esto, un 43,1 % son grasas y otros 32 % carbohidratos. Es un alimento altamente energético, por lo que los expertos inciden en que la ración adecuada es de unos 25 gramos al día --unos 15 anacardos--. Además, su alta densidad de proteínas provoca que este alimento genere una sensación de saciedad bastante prolongada. 

Un sándwich de carne de anacardo / CAJU LOVE

Carne reciclada 

Cada año, miles de toneladas de anacardos se desechan. La industria de los frutos secos utilizan la nuez y el jugo, pero descartan la fruta. “Nuestra carne está hecha con ese fruto que, al ser un subproducto de industrias ya activas, lo convierte en un alimento con un residuo 0 %”, afirman los empresarios en la página web. 

A diferencia de la carne tradicional o las alternativas veggies como la soja, los garbanzos o el tofu, la carne de anacardo sí puede presumir de combatir el desperdicio de alimentos y la reducción de agua. Según la startup hawaiana, la fruta es altamente nutritiva y naturalmente carnosa, y se cocina igual que el pollo, el cerdo o la carne picada. 

Más cara que la ternera

Alana Lima y Felipe Barreneche son los dos fundadores de Cajú Love, la empresa estadounidense afincada en Hawái que se ha propuesto innovar en la industria de la alimentación. Según cuentan estos dos emprendedores en la página web de su empresa, la idea de hacer carne de anacardo surgió de manera fortuita. “Teníamos que preparar para una cena casquinha de siri, un plato tradicional brasileño que generalmente utiliza mariscos, pero no estábamos seguros de qué usar y fue entonces cuando pensamos en utilizar como base los anacardos”, señalan los jóvenes. 

Con el paso del tiempo, Lima y Barreneche perfeccionaron su carne de anacardo y fue entonces cuando “la quisimos compartir con el mundo”, alardean. Por el momento, esta alternativa a la carne sólo se vende en Estados Unidos y su precio no es apto para todos los bolsillos: 33,5 euros el kilo.  Lo que significa que el capricho plant-based cuesta algo parecido a un buen solomillo de ternera en un supermercado y el doble que un entrecot.