Las patatas fritas de bolsa son un snack rápido y fácil de comer, no requieren preparación y parecen adecuadas para cualquier ocasión, desde reuniones sociales hasta la intimidad de una película en casa. Además, son relativamente económicas, y su sabor salado y crujiente resulta muy atractivo para muchas personas. Sin embargo, según la doctora Elizabeth Klodas, cardióloga y fundadora de Step One Foods, son un peligro.
Klodas indica, en uno de sus artículos, que estos productos "tienen un alto contenido de aditivos y un bajo contenido en fibra y otros nutrientes esenciales". Sus cálculos indican que una persona podría añadir a su organismo la descomunal cantidad de 6,8 kilogramos de sal al año si comiese un paquete de patatas fritas de menos de 30 gramos al día.
Riesgos para la salud
Demasiada sal puede elevar la presión arterial, y Klodas afirma que los estudios demuestran que comer alimentos de mala calidad empeora la función de los vasos sanguíneos a las pocas horas de su consumo.
Además, señala que el consumir opta por estos snacks no por hambre, sino por tedio. “Buscamos un estímulo; pero no son razones para consumir algo que sabotea activamente los esfuerzos de una persona por mejorar la salud del corazón", argumenta.
Alternativas
“Nunca me verás comerlas”, ha escrito Klodas, refiriéndose tanto a las patatas fritas de bolsa como a los chips y nachos de maíz.
Esta experta invita a sustituir los snacks de este tipo por humus con verduras o frutos secos sin sal añadida y al natural, como pueden ser nueces crudas.