El calabacín, el tomate, el pimiento, la lechuga y el champiñón están que se salen. Al menos, en cuanto a precios se refiere. La plataforma hortofrutícula Consentio ha indicado que el valor de estos productos ha subido hasta un 30 % en los dos últimos meses. El calabacín es, concretamente, el que más ha subido de precio, mientras que tomates, pimientos, lechugas y champiñones han visto ascender su valor entre un 3 y un 7 %.
Según la FEPEX, el pimiento, la lechuga y el tomate son los tres productos que más se exportaron en 2020: 845.369 toneladas, 766.384 y 728.809, respectivamente. Esto hace que el aumento de precios tenga repercusión a nivel europeo.
Los agricultores, ¿a la huelga?
El director de Consentio, Benoit Vandeviviere se ha pronunciado sobre los datos del Ministerio de Agricultura, que señalan que “en los últimos seis años los agricultores se han visto afectados por el aumento de los costes de producción en un 9,21%, mientras que solo han conseguido un incremento del 3,97% en los precios percibidos por la producción”. Según el directivo, esto afecta a toda la cadena de suministro, pero especialmente a los agricultores: durante el último año los costes de los fertilizantes nitrogenados han aumentado un 24,62% y los costes energéticos un 27,90%, elementos que son básicos para la producción. Por ello, muchos se plantean hacer huelga.
Esto podría afectar a a países como Alemania, Francia y Reino Unido, que en 2020 fueron los mayores importadores de frutas y hortalizas a España. De las 13 millones de toneladas que exportó España, Alemania adquirió 3,5, Francia 2,2 y Reino Unido 1,7. Pero también afectarían al PIB Español. Según cifras del Ministerio de cultura “el sector de las frutas y verduras superó en 2020 los 15.100 millones de euros, un 7% más respecto al año 2019 y un 13% más que la media anual entre 2015 y 2019”. Según Vandeviviere, “este paro puede hacer que muchas empresas vean sus beneficios menguados, ya que confían en el impulso en el consumo que acarrea la llegada de las navidades”.
La solución pasa por la digitalización
Ante esta situación, digitalizar los procesos de las empresas hortofrutícolas se entiende como una buena solución, ya que “permite reducir el tiempo que pasan las frutas y verduras en almacenes, lo que genera costes eléctricos y logísticos que asume el agricultor, mejoran la transparencia de los productos y evitan el desperdicio alimentario entre un 15 y un 20%, lo que incrementa los márgenes que perciben”.
Valdeviere es especialmente defensor de la digitalización. “Frente a un escenario como el actual es vital para los agricultores dar el salto a la digitalización, gracias a la cual las tareas manuales que generan confusiones o que crean mermas pueden ser eliminadas, e igual que con los reclamos que acarrean”.